El fabricante alemán de autos de lujo Porsche inició con fuerza este jueves su cotización en la bolsa de Fráncfort, y protagonizó una de las mayores operaciones en la historia de esta plaza financiera, en medio de un contexto económico general difícil.
Las acciones subieron hasta los 84 euros (US$ 82.2), por encima del precio inicial de 82.50 euros, en su primera cotización a las 07H15 GMT, lo que suponía una valoración del grupo de más de 76,000 millones de euros (US$ 74,400 millones), el segundo mayor estreno bursátil de Alemania.
La cotización alcanzó durante la jornada los 86,8 euros, para terminar en 82.48 euros al cierre de una zigzagueante sesión.
Volkswagen fijó el precio de las acciones de Porsche AG en el extremo superior del rango indicado y recaudó 19,500 millones de euros con la salida a bolsa para financiar el impulso de la electrificación del grupo. A las 1035 GMT, los papeles de Porsche AG cotizaban un 3% por encima del precio de emisión de 82.50 euros.
Esto elevó la valoración de Porsche AG a 77,400 millones de euros, cerca de la capitalización bursátil de Volkswagen en su conjunto, que vale unos 80,100 millones de euros, y por delante de rivales como Ferrari. Es la mayor salida a bolsa de Alemania desde Deutsche Telekom en 1996.
“Un gran sueño se hace realidad para Porsche”, dijo en un comunicado Oliver Blume, jefe de la marca de autos deportivos y de su casa matriz Volkswagen.
“Porsche, uno de los fabricantes de vehículos deportivos de mejor desempeño en el mundo, entra en una nueva era con una flexibilidad empresarial acrecentada”, añadió el director general.
En una entrevista con Reuters, Blume dejó de lado las preocupaciones sobre su doble papel como presidente ejecutivo de Porsche AG y Volkswagen, diciendo que la decisión se tomó “de forma muy consciente”.
El buen debut de Porsche AG se produjo pese a la debilidad generalizada de los mercados bursátiles tras conocerse los datos de la inflación alemana, que están al rojo vivo. Las acciones de Volkswagen y del holding Porsche SE, que posee una minoría de bloqueo en Porsche AG, bajaban un 4.6% y un 8% respectivamente, ya que los inversores se decantaban por unas u otras.
“Este no es precisamente un entorno de ensueño para una OPI hoy en día”, dijo Thomas Altmann, gestor de patrimonio de QC Partners.
La salida a bolsa de Porsche se produce en un momento en que las cotizaciones europeas se enfrentan a su peor año desde el 2009, con los inversores preocupados por una posible recesión mundial en un contexto de inflación creciente, subida de las tasas de interés y guerra en Ucrania.
Porsche es un rompehielos puntual para el mercado de las OPI, que volverá a congelarse muy pronto, dijo un banquero que participó en la transacción.
Debut histórico
El volumen de emisión de acciones convierte la operación en la segunda mayor entrada en bolsa en Alemania después de la de Deutsche Telekom en 1996 y la más importante de Europa desde el 2011, detrás del gigante suizo de materias primas Glencore.
Aunque Volkswagen solo puso a cotizar un 12.5% del capital de su joya, el segundo grupo automóvil mundial confía en conseguir miles de millones de liquidez para invertir en la costosa transición hacia el vehículo eléctrico y autónomo.
Porsche arrancó con una capitalización superior a otros gigantes alemanes como BMW (47,000 millones de euros) y Mercedes-Benz (58,000 millones de euros), que venden muchos más coches que la firma de Zuffenhausen, cerca de Stuttgart (sur).
La excepcionalidad de la operación queda acentuada por las pocas entradas en bolsa de los últimos meses en Europa, con un ambiente empresarial marcado por la inflación, el incremento de tasas de interés y la guerra en Ucrania.
El índice Dax de la bolsa de Fráncfort perdió casi un cuarto de su valor desde principios de año y el sector automóvil, en un mal momento de ventas, quedó particularmente tocado.
“No es el mejor momento para una entrada en bolsa”, señala el experto del sector Ferdinand Dudenhoeffer, que ve en esta operación una prueba para “el valor internacional acordado a la ingeniería alemana”.
Control familiar
Volkswagen se aseguró el respaldo de accionistas de referencia en Porsche, como los fondos de inversión públicos de Catar y de Abu Dabi, el fondo soberano noruego y el gestor de activos estadounidense T. Rowe Price.
Conjuntamente tendrán casi 3.600 millones de euros de acciones preferenciales, con Catar llevándose la mayor parte.
Las perspectivas para la empresa son optimistas: Porsche elevó su objetivo de beneficio operacional hasta una horquilla del 17-18% y confía en aumentar la facturación entre 11-14% respecto al 2021.
La marca se desempeña en el sector de vehículos de lujo que debería “crecer un 13% anual a largo plazo”, según los analistas de Berenberg.
Además, la marca está electrificando su gama: en el 2019 sacó el deportivo Taycan que vendió casi 20,000 ejemplares entre enero y junio de este año, prevé lanzar el SUV Macan en el 2024 y otro modelo SUV a mitad de la década.
El grupo pertenecía hasta ahora en su totalidad a Volkswagen, a su vez controlado por el holding Porsche SE, el tesoro de las familias fundadoras Porsche y Piech, que reforzarán su posición a través de esta entrada a bolsa.
Volkswagen cede un 25% del capital más una acción a Porsche SE, que tendrá una minoría de bloqueo en la firma.
La matriz alemana confía en obtener unos 19,000 millones de euros, de los que la mitad serán destinados a invertir en seis fábricas de baterías en Europa y programas para vehículos eléctricos y autónomos.
El grupo de Wolfsburgo, cuyo título se depreció un 23% desde enero, espera que la cesión parcial de Porsche revalorice su capitalización de unos 84,000 millones de euros (US$ 81,000 millones), lejos de los US$ 900,000 millones del estadounidense Tesla.
Con información de Reuters y AFP