La palma aceitera es uno de los negocios más rentables de la selva peruana. Según un estudio del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), el volumen nacional de producción de racimo de frutas frescas de palma aceitera aumentó de 236,000 toneladas métricas en 2006 hasta 618,000 en 2014, derivando en US$ 56 millones en exportaciones ese mismo año.
En la actualidad, existen más de 7,000 pequeños y medianos productores asociados de palma aceitera. El mismo informe indica que cada uno cuenta con un promedio de 5 ha para trabajar durante 30 años, el tiempo de vida útil de la planta.
El fruto de la palma aceitera se recolecta para producir, principalmente, aceite de palma (el segundo más usado en el mundo) y el biodiesel. Sus principales compradores son Colombia, Holanda, República Dominicana y España (aceite de palma en bruto); y Chile, Brasil, Colombia y Bolivia (aceite refinado).
El biodiesel es, en teoría, más amigable al medio ambiente. Sin embargo, la deforestación necesaria para plantar la palma genera la emisión de gases de efecto invernadero, nocivos para el planeta.
En Perú, el 77% de las 77,500 ha de palma aceitera se encuentra en Ucayali y San Martín, donde la mayoría de productores se han instalado. Estas regiones también sufren el 40% de la deforestación de los bosques amazónicos del país, generada por el cultivo de la palma aceitera, según un estudio del Ministerio de Ambiente (Minam).
Hasta el 2001, en la región Ucayali la deforestación no superaba el 17%. En el año 2013, ya se encontraba bordeando el 60% de depredación forestal. Crecimiento relacionado, según el Minam, con el auge del negocio de la palma aceitera en la selva peruana.
En solo el año 2013, se perdieron 370,000 ha de bosque en Ucayali. En San Martín, las pérdidas superan las 200,000 ha.
El informe del Minagri estima en 86% las parcelas menores de 5 ha dedicadas a la producción de palma aceitera. Curiosamente, el Minam asegura que el 82% de la deforestación por este concepto deriva de estas pequeñas parcelas por la expansión de cultivos agrícolas no industriales.
Y es que no solo la deforestación perjudica al medio ambiente. El mismo cultivo de la palma y su aceite, desestabilizan el ecosistema. Sumado a los fertilizantes, humaredas industriales y maltrato al suelo, generan una sequía excesiva en la tierra una vez finalizado el cultivo.
United CacaoAyer, el gobierno ordenó que United Cacao Limted detenga sus actividades en sus plantaciones de palma aceitera, según el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor).
Fabiola Muñoz, hasta ayer jefa del Serfor, apuntó que la sanción se aplicó por la deforestación ilegal de bosques en años anteriores por parte de la empresa.
Dennis Melka, CEO y fundador de United Cacao, estuvo en el centro de una investigación de Convoca, acusado de que sus empresas estarían involucradas en la deforestación de 13,000 ha de la Amazonía peruana.
El Serfor estima que el daño al país alcanza los US$ 112 millones.