Por Tara Lachapelle
El jueves, Walt Disney Co. hizo saber al mundo que entiende que los fanáticos —e incluso accionistas— quieren que aumente fuertemente su oferta de streaming y agregue más programas para adultos a su catálogo de contenido con control parental. La compañía ya ha atraído a casi 87 millones de suscriptores a su aplicación homónima, pero Disney+ y otros nuevos servicios de streaming de video aún se enfrentan a la prueba de si su oferta es lo suficientemente completa para que los devotos de Netflix se cambien. Por primera vez, la respuesta para muchos pronto podría ser “sí”. Y Star, una marca de televisión de origen indio poco conocida, desempeñará un papel fundamental para alcanzar la nueva proyección de Disney de al menos 300 millones de suscriptores de streaming en todo el mundo en tres años.
En una presentación virtual para inversionistas realizada el jueves, Star fue el foco de atención junto con Disney+, una clara señal de que la compañía está tratando competir con Netflix Inc. y HBO Max, de AT&T Inc., de manera más directa y en todo el mundo. Disney heredó Star de su adquisición de 21st Century Fox por US$ 85,000 millones en el 2019, aunque el activo fue eclipsado en ese momento por otras propiedades más familiares para los inversionistas estadounidenses, como la franquicia “X-Men” y “The Simpsons”, de Fox. Ahora, Star es la estrella de los esfuerzos de streaming de Disney fuera de Estados Unidos, y la compañía lanzará el próximo año un servicio de entretenimiento general con ese nombre que contará con más programación para adultos, llenando los evidentes vacíos que dejó Disney+. De manera más bien simbólica, Hulu, otra unidad de Disney que apunta a adultos en EE.UU., fue relegada al costado de la pantalla frente a la cual el director ejecutivo de la compañía, Bob Chapek, y otros ejecutivos fueron revelando los planes:
La variedad de ofertas de productos es un poco desordenada, al igual que su incursión en los servicios de streaming. Están Disney+ Star, Disney+ Hotstar y Star+. Pero no es tan confuso para los consumidores como lo es para los periodistas e inversionistas porque en realidad solo necesita conocer uno de ellos dependiendo de en qué parte del mundo viva. Por ejemplo, Disney+ Hotstar existe en India y está llegando a otras partes del sur de Asia. (También representa el 30% de los suscriptores de Disney+). Para los canadienses y europeos, la aplicación Disney+ tendrá una sección para Star con contenido para mayores de 18 años a la que se podrá acceder pasando un filtro parental de pago protegido por una contraseña. En América Latina, Star+ será una aplicación independiente que podrá combinarse con Disney+. En general, Star recurrirá a la programación de otras partes del imperio de Disney, como ABC, FX y 20th Century Studios, además de tener sus propios productos originales adaptados a los mercados locales.
Curiosamente, esa estrategia no se aplica fuera de las fronteras de EE.UU. Allí, Disney se atiene a su paquete de Disney+, Hulu y ESPN+ de US$13 al mes para atraer a una base de suscriptores más amplia, por ahora. La compañía enfatizó la lucrativa oportunidad publicitaria que posee Hulu. Hulu+ Live TV —que, al igual que YouTube TV, aumentó su tarifa mensual a US$65— solo tiene alrededor de 4 millones de suscriptores. Pero Hulu en general tiene 92 millones de espectadores con publicidad, dijo la directora de Hulu, Kelly Campbell. La publicidad es “nuestra superpotencia”, dijo, y agregó que solo los anuncios generan US$10 al mes por suscriptor, lo que se traduce en cerca de US$11,000 millones al año. (Pero recuerde, Comcast Corp. posee el 33% de Hulu). Supongo que todos los gigantes del entretenimiento están observando el dinero generado por la publicidad en sus misiones de streaming, incluso si aún no lo dicen.
Resulta que emular a Netflix es costoso, y los gastos de contenido directo al consumidor pueden alcanzar entre US$14,000 millones y US$16,000 millones para el año fiscal 2024. Eso impulsará 100 nuevos títulos al año en Disney+, y 80% de ellos no pasará por los cines. Si bien eso pone a Netflix bajo aviso, no es como si Netflix no hiciera nada: la compañía también invierte constantemente en su servicio. Y, a pesar de los enormes costos, esto es lo que los inversionistas quieren ver en gran medida de Disney, especialmente con toda la incertidumbre en torno a la rapidez con la que serán capaces de recuperarse sus negocios de parques temáticos y cruceros una vez que se distribuyan las vacunas contra el COVID-19. La compañía proyecta que las pérdidas de Disney+ se maximizarán durante el año fiscal actual, antes de volverse rentables en el año fiscal 2024. Para Hulu y ESPN+, la rentabilidad llegará un año antes.
Como parte de los planes de inversión de Disney, llegarán al servicio 10 series de Marvel y 10 de Star Wars. Eso perjudicará a los cines tanto, si no más, que la decisión de Warner Bros. de presentar todas sus películas en HBO Max el próximo año. Disney aún no sigue el ejemplo con sus películas, ya que Chapek alude a los miles de millones de dólares que normalmente cosecha en la taquilla. Aun así, dijo que la reciente reorganización de la compañía pretende agilizar la adaptación donde se necesite en el futuro. Disney elevará la suscripción de Disney+ en EE.UU. a US$8 al mes, un aumento de US$1; mientras que el precio de los planes de los suscriptores europeos aumentará en 2 euros. Sin embargo, sospecho que nuevas alzas forman parte del cálculo interno de la compañía.
Tras el gasto de unos US$ 90,000 millones (incluida la deuda) en las adquisiciones de Marvel, Lucasfilm y 21st Century Fox en la última década, Disney está viendo los frutos. La noción de que 300 millones de personas pueden estar dispuestas a pagar solo por el acceso constante a las marcas de Disney es un espectacular legado que dejó el exdirector ejecutivo Bob Iger, el arquitecto del Disney moderno que renunció en febrero. Chapek, su sucesor, asumió el cargo durante un período tremendamente difícil, pero lo que mostró el jueves es que Iger implementó todo lo que necesita para adaptar a Disney al nuevo mundo posterior a la pandemia.