La fiscalía alemana multó con 90 millones de euros (US$ 100 millones) a la firma tecnológica y de componentes para autos Robert Bosch GmbH por su papel en el escándalo de emisiones de vehículos diésel que estalló en Volkswagen en el 2015.
La fiscalía en Stuttgart precisó el jueves que Bosch fue sancionada por una violación por negligencia de sus obligaciones de supervisión. Afirmó que la compañía decidió no apelar la decisión.
La empresa proporcionó millones de sistemas de control de motores que se instalaron en vehículos de varios fabricantes a partir del 2008 y cuyo software, según la fiscalía, "contenía en parte estrategias prohibidas" que hacían que los autos emitieran más óxido de nitrógeno del permitido una vez que no estuvieran sometidos a examen.
Sin embargo, la fiscalía dijo creer que "la iniciativa de integrar y definir las estrategias prohibidas procedía de empleados de las automotrices".
Dijeron que la multa no afecta investigaciones penales en curso de empleados de Bosch. La mayor parte de la multa _88 millones de euros_ deriva de las ganancias por la venta de autopartes y los 2 millones restantes de delito en sí mismo.
Los fiscales dijeron que tuvieron en cuenta la colaboración plena y constructiva de la gerencia de Bosch con los investigadores a partir del 2015.
Bosch acordó pagar US$ 327.5 millones de dólares en una demanda civil en Estados Unidos por proveer software a vehículos Volkswagen, Audi y Porsche que les permitieron hacer trampa durante las pruebas de emisiones.
El escándalo de emisiones de vehículos diésel le ha costado a Volkswagen miles de millones de euros.