Entre las ocho medidas en materia tributaria que el gobierno de Perú busca legislar -ha solicitado al Congreso facultades legislativas-, hay una que apunta a darle un impulso al negocio de la joyería de oro, una actividad que ha logrado mover US$ 120 millones en 2022 pese a las limitaciones para su desarrollo, como el mismo Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) lo ha reconocido.
Por ello, el MEF apunta a modificar la Ley del Impuesto General a las Ventas e Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) con la finalidad de considerar como exportación la venta de metal realizada por productores mineros a favor de fabricantes nacionales de joyería.
Y es que con el mecanismo actual, los productores mineros deben pasar por un trámite ‘burocrático’ que ha desalentado las transacciones desde junio del 2019: el productor minero, que tenía depositado mineral en un banco nacional, intercambiaba dicho bien, mediante un swap minero, por la cantidad de mineral que tenía un no domiciliado en un banco del exterior. Para constatar esta operación el banco nacional emitía una constancia de ejecución, para que luego el productor minero le entregue el mineral al joyero nacional, a fin que lo transforme en productos terminados por encargo del no domiciliado a quien finalmente se los exporta.
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Ahora el Ejecutivo aplicaría un mecanismo en el que no será necesaria la participación del sistema financiero (bancos) sin perder de vista el control a través de Aduanas para determinar la procedencia del mineral precioso, señala Julio Pérez Alván, gerente general de Arin S.A., una de las empresas de joyería más grandes de Perú. De esta manera, los pequeños o medianos mineros podrían realizar la venta directa a las orfebrerías, optimizando la producción de joyas a nivel local.
Entonces, una vez se apruebe el pedido de facultades, la cadena de producción de oro -que involucra a casi 300 empresas en el país- espera que el Gobierno publique el decreto de urgencia formalizando los cambios y, con ello, elevar la exportación de joyería de oro de US$ 120 millones a US$ 300 millones al año inmediatamente.
Y, para el mediano plazo, alcanzar envíos por US$ 1,000 millones a destinos claves como Estados Unidos, Canadá, Alemania y Francia, afirma Pérez. El empresario y presidente de la Asociación de Exportadores (Adex) resalta, además, que la modificación que plantea el Ejecutivo permitirá abrir un canal de formalización para los pequeños mineros.
Se ha estimado que Perú, octavo productor mundial de oro, demanda en promedio 10,000 kilos de oro al año para luego transformarlo en joyería. Se da valor agregado tanto al oro amarillo, rojo y blanco.
Brillante futuro
La mirada de los joyeros está también puesta en la conquista de nuevos mercados con alto nivel adquisitivo. En 2022, dice Pérez Alvan, se logró un primer embarque de joyas a Australia, un país con una tasa alta de ingresos per cápita. El siguiente desafío será conseguir compradores en Asia, específicamente en Corea del Sur y Japón.
China, a propósito del Año Nuevo Chino -cuya festividad incrementa la demanda mundial de joyas finas- todavía es un mercado de 700 millones de personas de clase media que permanece restringido debido a sus políticas de Covid cero. De hecho, los joyeros peruanos están esperando que la Embajada del gigante asiático en Perú confirme el reinicio de ferias en el que puedan participar invitados de otros países. Pero hay buenas perspectivas en el mediano plazo.
A ello se suma la innovación. Pérez señala que este 2023 será un año de nuevos diseños en el sector, impulsado por la incorporación de gemas y piedras preciosas en la orfebrería. Ello, porque se pondrá en marcha el taller que donó el gobierno de Turquía en 2020 -cuenta con 193 máquinas- para el corte y pulido de piedras en Perú, el cual está ubicado dentro de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
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Dato
- El mercado de joyería en la región obtuvo un valor de alrededor de US$ 8200 millones en 2021.
- El 2022 fue un año en el que primó la demanda de joyas de oro rosado, no obstante, el oro amarillo es el que más se produce.
- Adex ha reportado que joyerías de norteamérica han mudado sus maquinarias al Asia pero también a Sudamérica, entre ellos el Perú. ¿La razón? Una de ellas es el bajo costo de producción que ofrecería el mercado peruano, revela Pérez Alván.