El sector inmobiliario ha experimentado una serie de cambios tras la llegada del COVID-19, y el formato de coworking ha sido uno de los que ha tenido que adaptarse a las demandas que impone la pandemia.
Según Uri Iskin, CEO y fundador de Hit Cowork, uno de esos cambios es la forma de contratar entre los dueños de los espacios y las firmas que ofrecen servicios de coworking, apostando por acuerdos más flexibles, pasando de un alquiler 100% fijo, a un contrato con un gran componente variable.
“La palabra clave ahora es flexibilidad y con los niveles de vacancia en el segmento de oficinas, muchos propietarios van a tener que ver la forma de generar valor, por lo que vamos a seguir viendo un cambio en el modelo de contratación, de uno fijo a uno variable, ya sea por las ventas, por la operación en sí o por los gastos”, afirma.
Poco más de un año después de haber aterrizado en el Perú, la firma argentina de espacios colaborativos asegura que para instalarse en la Torre Navarrete de San Isidro, en donde arriendan 3,500 metros cuadrados, la negociación con los propietarios del edificio (Grupo Sura) se ha basado en un contrato flexible, tal y como lo vienen haciendo en Buenos Aires y Chile.
“En el pasado, el modelo se basaba en arrendar gran cantidad de metros cuadrados por largos periodos para luego arrendar pequeñas oficinas por tiempos más cortos, pero eso no generaba un buen alineamiento entre el operador y el propietario. Por ello se está produciendo un cambio de modelo en el que, entre otras cosas, se toma en cuenta las tasas de ocupación”, añade.
Más cambios
Pero no ha sido el único cambio que ha traído consigo la pandemia, según Alexandra Rey, site manager de Hit Cowork – Lima, también la forma de adaptarse a los espacios compartidos por parte de los usuarios ha variado.
“Se han dado cuenta que las oficinas convencionales implican una mayor inversión y por eso es más eficiente tomar una oficina implementada”, sostiene al señalar que los tiempos de los contratos han variado, aunque si bien empiezan a probar el servicio por un periodo corto de tiempo, la renovación del contrato es por un periodo mucho mayor.
Sobre el costo de los planes que ofrecen, Rey indica que un plan básico personal que permite acceder a las instalaciones de Hit Cowork una vez a la semana cuesta US$ 60 mensuales, pero si el acceso es para la semana completa se deberá pagar US$ 200 al mes.
Crecimiento
Como parte de los planes que la coworking argentina tiene en el Perú, Iskin asegura que aunque no tienen una meta específica de crecimiento en metros cuadrados, están analizando la posibilidad de abrir nuevas ubicaciones.
Reconoce que buscan otros espacios en Barranco y Miraflores, “pero tendremos más precisiones en el segundo trimestre del año”, afirma seguro de que en los próximos años, la participación del coworking como parte del segmento corporativo continuará en aumento.
“Se decía que en el 2030, el 30% de las oficinas prime iban a ser flexibles y hoy estamos en 3%, pero con lo que se viene se va a acelerar y la participación de las oficinas flexibles va a ser muy fuerte, va a crecer. Y nosotros estamos preparados para ese crecimiento”, anota.
Para afrontar esas expectativas de crecimiento, Iskin adelanta que a futuro esperan replicar el modelo que tienen en Buenos Aires, en donde cuentan con cuatro líneas de negocio que abarcan la construcción de los espacios, su diseño arquitectónico, el equipamiento y el alquiler.
Para cumplir con ese objetivo, refiere que aunque estuvieron evaluando un desarrollo inmobiliario en Surco, se trata de un plan que esperan concretar en el mediano plazo.
“Seguimos explorando posibilidades pero hoy el mercado pide un poco más de cautela y por eso lo vemos factible a mediano plazo, en uno o dos años aunque dependerá de la coyuntura”, señala.