La economía mundial está paralizada por el coronavirus, la recesión acecha y los ingresos publicitarios se reducen pero los gigantes tecnológicos, con Amazon, Google y Facebook a la cabeza, están batiendo récords de utilización, promisorios para su futuro.
Como ya lo hicieron Apple y Microsoft, estas compañías publicaron días atrás sus resultados financieros de los primeros tres meses del año, marcados por la paralización del planeta en la pandemia y la crisis económica.
Pero para las aplicaciones de la red social dominante es temporada navideña todos los días desde hace un mes: el nivel de llamadas realizadas a través de WhatsApp y Messenger se duplicó, llegando cada día a los volúmenes de la noche previa a Año Nuevo, generalmente el pico anual.
El número de videollamadas realizadas a través de “Teams”, la solución de videoconferencia de Microsoft, aumentó 1,000% en marzo.
Al tiempo que explota el desempleo, Amazon está reclutando sin parar –175,000 empleos adicionales en Estados Unidos-- para hacer frente al creciente flujo de pedidos en línea desde que empezó el confinamiento.
Google y Apple, por su parte, están lanzando nuevos productos, físicos y digitales, y apuntan a hacerse aún más esenciales con nuevas herramientas de rastreo de contactos humanos ("contact tracing") para luchar contra el nuevo coronavirus.
Prudencia
Los más reticentes al comercio en línea hicieron su primera compra en Amazon. Personas mayores se pusieron a jugar videojuegos. Los "anti" redes sociales no tienen otra opción para mantenerse en contacto con sus amigos.
Los niños imitan a sus padres, cada uno en su pantalla de teletrabajo. Las familias se han vuelto a suscribir a Netflix.
Pero no todo es color de rosa para estos gigantes tecnológicos. La publicidad, el punto crucial de la guerra para Google y Facebook, fue uno de los primeros presupuestos recortados por las empresas en dificultades.
Las firmas digitales deben proporcionar un servicio que se ha vuelto esencial, con recursos limitados. Sus empleados trabajan desde su garaje, su sala de estar o, peor aún, en almacenes que son difíciles de proteger del coronavirus.
La producción de dispositivos electrónicos (como smartphones) y de contenido para las plataformas de streaming (series, videojuegos) está quedando rezagada.
Uno por uno, los grupos fueron bajando sus previsiones para el 2020.
"Los números del primer trimestre no van a reflejar lo que realmente está pasando", estimó Bob O'Donnell, de Technalysis Research. "Los problemas comenzaron apenas en marzo. El verdadero problema será la demanda en el segundo trimestre".
Como una señal de que incluso los buenos números no son para festejar, Netflix fue prudente al anunciar sus nuevos récords de suscriptores, enfatizando la incertidumbre que se cierne sobre el resto del año.
Los ganadores del confinamiento no quieren dar la impresión de beneficiarse de la crisis sanitaria. Y, sobre todo, es difícil saber qué hábitos se instalarán para siempre y qué usos desaparecerán en un "después" distante y vago.
Influencia
"Por el momento, estas plataformas, como Zoom, prestan un servicio. Pero cuando podamos ir a cenar con amigos, ya no haremos el aperitivo por videoconferencia. Y ya no será gratis", dijo Carolina Milanesi, de Creative Strategies.
Sin embargo, a nadie le preocupa el futuro de las estrellas de la tecnología.
"Toda la industria relacionada con la publicidad sufrirá, pero tienen suficientes reservas para resistir", estimó David Sidebottom, analista de Futuresource.
Con o sin crisis, siempre están en modo ofensivo. Apple Music se lanzó a la conquista de 52 nuevos países con seis meses gratis para nuevos suscriptores. Google hizo que Stadia, su servicio de videojuegos en la nube, sea gratuito durante dos meses.
Facebook presentó hace unos días su aplicación de streaming de videojuegos, en competencia directa con Twitch (Amazon) o Mixer (Microsoft), y una nueva interfaz de videollamadas, Messenger Rooms, que permite a los usuarios "dar un salto", virtualmente, a la sala de estar de sus amigos, lo suficiente para amenazar a Zoom.
Los grupos también compiten en términos de responsabilidad social, divulgando medidas sobre la protección de sus empleados sus esfuerzos para luchar contra la desinformación vinculada al Covid-19 o sus donaciones a organizaciones benéficas.
Google y Apple, cuyos sistemas operativos son los más utilizados en teléfonos inteligentes en el mundo, propusieron una alianza inédita para poder rastrear a las personas que han estado cerca de personas contagiadas.
“Es fascinante. Pueden tener un impacto decisivo en todo el planeta”, comentó Bob O’Donnell. “Esto muestra su poder e influencia: ningún gobierno puede llegar a tanta gente a la vez”.