La anunciada fusión entre la firma japonesa Fujifilm y la estadounidense Xerox se complica debido a la oposición de accionistas estratégicos y una demanda judicial presentada para bloquear la operación.
Las dos empresas anunciaron el 31 de enero un acuerdo que permitirá a la japonesa controlar la mayoría del capital de Xerox, en una operación valorada en unos US$ 6,100 millones y que implica que la firma fusionada utilizará el nombre de Fuji Xerox.
Dos accionistas claves de Xerox, Carl Icahn y Darwin Deason, ya venían presionando para que explorara la venta de la firma estadounidense, que atraviesa una fuerte crisis, pero no eran partidarios de impulsar la fusión con Fujifilm.
Deason decidió dar un paso más y presentó ante la Corte Suprema del Estado de Nueva York una demanda por fraude contra la dirección de las dos firmas en la que se pide "parar en seco" la transacción anunciada.
Según el documento de la demanda, Deason, el tercer accionista más importante de Xerox, asegura que esta firma, "un venerable icono estadounidense", está siendo comprada por Fujifilm "por virtualmente nada".
Y cita al presidente de Fujifilm, Shigetaka Komori, que recientemente dijo que la operación le permitirá a la firma japonesa "tomar el control de Xerox sin gastar un centavo".
"Si la operación termina por completarse, los accionistas de Xerox se encontrarán virtualmente sin poder para decidir la dirección futura de su inversión", sostiene la demanda.
El documento se refiere también al "joint venture" que firmaron hace medio siglo las dos compañías para operar conjuntamente en Asia-Pacífico, y que, según Deason, contiene una cláusula que presuntamente fue ocultada a los accionistas por 17 años.
Esa cláusula confiere el derecho a Fujifilm de controlar la propiedad intelectual y los derechos de fabricación de Xerox en Asia-Pacífico en caso de que la compañía estadounidense quiera venderlos a otros interesados.
"Esto bloquea efectivamente cualquier posibilidad de un proceso de venta justo y transparente", sostiene el demandante.
El planteamiento judicial presentado hoy ante el máximo tribunal del estado se conoce un día después de que Deason e Icahn, que controlan conjuntamente el 15% de Xerox, hicieran pública una carta en la que dejaban clara su oposición con respecto a esta operación.
En esa carta, Deason e Icahn, un multimillonario inversor muy respetado en Wall Street y primer accionista de Xerox, critican en duros términos a la dirección actual de esta firma y piden al resto de los accionistas que no se permita que "se robe esta compañía".
"La actual junta directiva ha supervisado la destrucción sistemática de Xerox, y, a menos que hagamos algo, este último intento de Fujifilm será la sentencia de muerte final de la empresa", dice la carta de los dos inversores.
En una respuesta a esa carta, Xerox defendió hoy el acuerdo alcanzado con Fujifilm y anunció que no tiene intención de participar en un "debate público" con los dos accionistas claves de la compañía.
La dirección de Xerox sostiene que la combinación de las dos firmas "creará una compañía más fuerte y más competitiva, con mejores perspectivas de crecimiento".
De momento, los problemas que enfrenta esta fusión estaban acarreando hoy una caída de 1.94 % en los títulos de Xerox, una marca tan arraigada en Estados Unidos que se suele utilizar el nombre de la empresa como sinónimo de fotocopia.