Freeport-McMoRan reportó el viernes una pérdida trimestral ya que la producción sufrió un golpe debido a la transición a operaciones subterráneas de su enorme mina Grasberg en Indonesia, mientras que las faenas en Sudamérica sintieron el golpe de los confinamientos y cierres por el coronavirus.
Freeport, que había lanzado una revisión interna el mes pasado para bajar costos, anunció una reducción de US$ 800 millones a su gasto de capital estimado para el 2020 y dijo que está reduciendo temporalmente algunos beneficios para empleados, iniciando suspensiones de trabajadores y recortando servicios de terceros y otros gastos.
El coronavirus empeoró la situación para las mineras ya afectadas por los bajos precios del cobre por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Freeport y sus pares también enfrentan una creciente incertidumbre relacionada con la demanda y la interrupción de la cadena de suministro, ya que los cierres forzados por los gobiernos han afectado la producción, y la propagación del coronavirus ha intensificado los temores sobre el crecimiento económico global.
La compañía limitó las operaciones en su mina Cerro Verde en Perú, que produjo 1,000 millones de libras de cobre el año pasado, y suspendió las operaciones en su mina de cobre Chino en Nuevo México.
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