A partir de su integración vertical, Panadería San Jorge –con un molino propio, fábricas de galletas, harinas, pastas y empaques– resiste la pandemia, asegurando el acceso a su producto en el canal tradicional. Y aunque prevé un 2021 complejo, la empresa seguirá invirtiendo para crecer en el Perú y el exterior, en base a innovación.
¿Cómo reaccionó la empresa a la pandemia?
Fue de lo más difícil, la empresa ha pasado por todo en 75 años: golpes militares, hiperinflaciones, fenómenos de El Niño, pero este cambio fue imprevisto. Nos basamos en dos pilares superimportantes. Como empresa de alimentos debíamos seguir funcionando y teníamos que proteger a nuestro equipo al máximo. Nosotros no solo tenemos galletas, sino fideos, panetones, harinas, son esenciales, trabajamos en iniciativas sociales. Hemos tenido las tres plantas (en Ate y Trujillo) sin parar.
¿Se sostuvo la venta, por ejemplo, de galletas?
Nosotros no hacemos mucho impulso, nuestros productos llegan al mercado porque tienen que estar, no porque los metamos a la fuerza, tenemos varios tipos y muy regionales, como la GN, del norte. El producto se siguió vendiendo bien, se mantuvo, sacrificamos margen, sí. Nuestros productos no son caros, no llegamos solo a autoservicios sino a todos los lugares.
¿Cómo cierran el 2020?
Se cumplen las metas en volumen. La inestabilidad de los últimos meses afecta más que la pandemia. Somos una empresa posicionada, nuestro crecimiento va en un dígito, se mantiene, bordeando los dos dígitos, una de las cosas que nos ayudan es que tenemos integración vertical como grupo con Molinera del Centro, que nos hace la harina, hay empresas relacionadas para los empaques; eso nos ayuda a enfrentar cambios y ajustar márgenes cuando debemos hacerlo.
Pero ha habido cambios en el mercado…
Las bodegas resurgieron, los mercados tradicionales funcionaron bien y en autoservicios se vio un sesgo hacia presentaciones familiares, pero la capilaridad la da la bodeguita. Ellas sí se reinventaron, el peruano emprendedor ha sido un amortiguador tremendo.
¿Surgieron nuevas ocasiones de consumo?
Con presentaciones familiares, entramos en el desayuno, o como una pequeña recompensa. Mucha gente no podía quedarse en casa y llevaba un paquete de galletas en lugar de comprar comida en la calle. El consumo de galletas se ha perjudicado en el programa Qali Warma.
Para el 2021, ¿cuáles son los planes?
Vamos a hacer un cambio radical en la empresa, en términos de innovación, de incubación, vamos a trascender y comenzar diferentes iniciativas. Estamos con alianzas estratégicas con gigantes, por ejemplo, con la brasileña Tivit, de las más grandes del mundo en desarrollo tecnológico, para trabajar un centro de innovación dentro de la empresa que tiene que replantear nuestro día a día. Vamos a convocar a los mejores jóvenes de diferentes profesiones, gente creativa y mezclarlos con la gente de la empresa para replantear todos nuestros procesos.
¿Qué generará el centro de innovación?
De ahí van a salir nuevos productos, nuevas formas de vender, ya estamos capacitando a toda la gente para que se mentalice con el cambio.
En lo económico, ¿prevén un buen año?
El 2021 será un año duro, los efectos de una crisis no se ven en el momento, la gente saca sus ahorros, tiene dinero de emergencia, pero si no se reactiva el empleo, las industrias, la minería, el 2021 será difícil. Las medidas populistas de los gobiernos no generan riqueza, el Gobierno debe ayudar simplificando trámites, dando seguridad.
Así, ¿ajustarán las inversiones?
Para nada, si no creemos en el país en época de crisis, contribuimos a la crisis. Si las empresas pierden el optimismo, van a empujar la caída, tenemos fe ciega en el Perú.
¿En qué invertirán?
Seguiremos ampliando el producto a nivel nacional e internacional, exportamos a más de 10 países en América Latina y Estados Unidos. En esta crisis, muchos países nos han buscado para hacer alianzas y proyectos en conjunto, los estamos evaluando.
¿Serían proyectos de maquila?
No, hacemos maquila, pero no pensamos crecer así, queremos desarrollar la marca, estamos convencidos de que no hay orgullo más grande que ver a una marca peruana en otro país.
¿Miran nuevos mercados en el exterior?
Bastantes. La calidad peruana en alimentos es reconocida. Como algunos países europeos son buenos en vinos, o Japón en tecnología, Perú tiene buena fama en alimentos. Hay clientes que quieren lanzar nuestras galletas en otro país y debemos tener capacidad productiva para atender la demanda fuerte.
¿Qué producto demanda el exterior?
Otros tipos de soda, gourmet, hiperdemandada. Acá en el Perú gusta, pero en el extranjero les encanta.
Ingresaron al agua embotellada. ¿Crecerán en ello?
Ahora la maquilamos, no hemos desarrollado planta. En la pandemia nos dimos cuenta de que acompañaba bien con la galleta. A donde llegábamos vimos que el agua era muy importante, llevar sólido y líquido. No hemos hecho publicidad, si a la gente le gusta veremos si invertimos y desarrollamos el negocio, pero no lo empujaremos a la fuerza.
Hoja de vida
Edad: 49 años.
Nacionalidad: Peruana.
Profesión: Economista, con maestría en Marketing, Coach, Especialización en Dirección de Empresas y Finanzas.
Trayectoria: 12 años en el sector de alimentos y 15 años en telecomunicaciones.
Hobby: Motocicletas.
San Jorge apunta al top 5 en panetones
Si bien San Jorge y su marca norteña GN son conocidas en el mercado de galletas con más de 20 variedades, su CEO, Fernando Mariátegui, recuerda que la empresa también compite en panetones casi desde sus inicios, hace más de 70 años. “El panetón era demasiado caro en el país, había marcas italianas, eran una exquisitez, y San Jorge empezó a hacer un panetón como panadería, a menor precio”, comentó a Gestión. Sin embargo, reconoce que el panetón San Jorge aún no logra el posicionamiento que tienen en la categoría de galletas, porque el consumidor busca atributos más allá del producto y precio. “No estamos entre las cinco primeras en panetones, pero haremos todo lo posible. Nos ha faltado un ingrediente especial que es la publicidad, siempre hemos sido tímidos”, anotó.
Añadió que la nueva estrategia va acompañada de una ampliación del portafolio a cinco variedades. Entre ellas, una edición premium de 1.5 kg y galletas navideñas.