El consejero delegado de Enel, Francesco Starace, criticó la visión cortoplacista de la Unión Europea (UE) en inversión energética y apostó por más regasificadoras en el continente para asegurar el suministro de gas en el camino hacia la transición “verde”.
“En Europa estamos acostumbrados a proyectar nuestro mercado para un máximo de dos a tres años. Esto es un error, si decimos que vamos a comprar y vender energía dentro de Europa en un horizonte de diez a veinte años, como ocurre en muchos otros países del mundo, entonces nuestro apalancamiento frente a cualquier fuente de combustible fósil con la que tengamos que lidiar en los próximos diez a veinte años deberá ser absolutamente más potente”, sostuvo en la conferencia “El Estado de la Unión”, un foro que se organiza cada año en la ciudad de Florencia para abordar los desafíos de Europa.
Starace criticó que cuando Rusia anexionó Crimea en el 2014 Europa dijo que reduciría su dependencia energética con Moscú y sostuvo que al plan europeo para una transición ecológica, el llamado “Fit for 55″, se debe añadir la inversión en instalaciones de regasificación que asegure el suministro de gas proveniente de otros países hacia los Veintisiete a medio plazo.
“Probablemente sin esta guerra no necesitaríamos esa inversión, seguiríamos disminuyendo nuestras importaciones de Rusia en el futuro, pero ya no podemos contar con eso”, argumentó.
Sobre la escalada de los precios del gas en los mercados internacionales, que está encareciendo los costes de las facturas energética que pagan empresas y familias, el directivo sostuvo que “en los últimos siete años los precios del gas han oscilado entre 20-30 euros por MWh y no en los 120 MWh”, y achacó los actuales precios a la volatilidad en un “mecanismo perverso” que tiene Europa y que “está creando estragos y obligando a los gobiernos a poner dinero donde no debería ir necesariamente”.
Países como España e Italia han decidido apoyar a empresas y familias con subvenciones y desgravaciones para mitigar el impacto de los costes en el recibo energético y también han gravado de forma temporal los conocidos como “beneficios caídos del cielo” de las compañías energéticas que se están sacando ganancias del encarecimiento del gas.
Estas medidas afectan a Enel en Italia, donde es la mayor compañía de renovables, y en España, donde opera con su filial Endesa.