Elon Musk no es solo la persona más rica del mundo, sino que también reclama el mayor patrimonio neto jamás registrado: US$ 208,000 millones hasta el viernes. Lo que haga con él será observado de cerca.
A juzgar por Twitter, el medio de comunicación preferido del cofundador de Tesla Inc., la filantropía está en su mente. Una de sus primeras reacciones al convertirse en el ser humano más rico, después de una primera reacción de encogimiento de hombros, fue solicitar consejo sobre cómo regalar su fortuna.
Musk, de 49 años, es un neófito de la filantropía en comparación con los que acaba de superar en el Índice de multimillonarios de Bloomberg, una lista de las 500 personas más acaudaladas del mundo.
El veterano número uno de esta lista, Bill Gates, y su amigo, Warren Buffett, cofundadores de la campaña “Giving Pledge” que exhorta a los multimillonarios para que donen al menos la mitad de sus fortunas, han regalado decenas de miles de millones en efectivo y acciones. Incluso Jeff Bezos, quien ha sido criticado por no tener prisa par actuar como filántropo, ha intensificado el paso.
El año pasado, el fundador de Amazon.com Inc. se comprometió a donar US$ 10,000 millones a temas relacionados con el cambio climático y en noviembre, entregó US$ 791 millones a 16 grupos ambientalistas.
A pesar de inscribirse en la iniciativa de Gates y Buffet, Musk ha hecho relativamente poco públicamente en materia de caridad. Ha donado más de US$ 257 millones a la Fundación Musk —equivalente a 0.001% de su patrimonio neto actual— la cual distribuyó US$ 65 millones entre el 2016 y 2018 a unas 200 organizaciones sin fines de lucro, según un análisis de Quartz.
Si Gates no hubiera donado tanto, o Bezos no se hubiera divorciado, entonces sus fortunas serían mucho mayores, posiblemente mayores que las de Musk.
Sin embargo, Musk ha indicado que la razón por la que está acumulando riqueza es para regalarla, o al menos redirigirla a proyectos que lo apasionan, como la exploración espacial.
“Se necesitarán muchos recursos para construir una ciudad en Marte”, le dijo al editor alemán Axel Springer el mes pasado. “Quiero poder contribuir tanto como sea posible”.