El grupo automovilístico chino Chery fabricará vehículos por primera vez en Europa en las antiguas instalaciones de la empresa japonesa Nissan de la zona franca de Barcelona, según un acuerdo con la marca española Ebro-EV Motors confirmado este martes.
Esto permitirá la reindustrialización de la planta que abandonó la firma nipona a finales de 2021, lo que dejó sin empleo a unos 2,500 trabajadores y perjudicó muy negativamente a los proveedores de componentes.
En un comunicado, Ebro-EV Motors explicó que la producción de vehículos se llevará a cabo por medio de una empresa conjunta, participada mayoritariamente por la compañía española.
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El consejero delegado de Ebro, Pedro Calef, alcanzó el acuerdo con el vicepresidente ejecutivo de Chery Automobile, Guibing Zhang, durante su último viaje a Wuhu (China), donde tiene la sede el grupo asiático.
Ebro es la primera enseña española que rubrica un acuerdo con un fabricante chino para la producción de vehículos en España. La firma oficial del acuerdo será el próximo viernes en Barcelona.
La actividad que se desarrollará en la zona franca de la ciudad española podría suponer la creación de un millar de puestos de trabajo.
En un primer momento, Chery ensamblará los vehículos de la marca Omoda en la zona franca y más tarde está prevista la fabricación del primer modelo de Ebro, en el cuarto trimestre de este año.
Ebro, que toma su nombre de la misma marca nacida en 1954, apuesta por la producción en España de modelos que funcionen con energías limpias.
Chery Automobile, de propiedad estatal, se fundó en 1997, con una actividad enfocada en las nuevas tecnologías y la innovación.
La fábrica donde producirá Chery sus autos en Europa está ubicada en un espacio de unos 300,000 metros cuadrados, próximo al aeropuerto y al puerto de Barcelona.
Fuentes conocedoras de las negociaciones apuntan que Chery empezaría por montar el modelo Omoda 5. Las piezas del vehículo, desmontadas en origen, viajarían desde China a Barcelona, donde se acabaría de ensamblar.
La compañía habría aceptado también realizar poco después todo el proceso de fabricación de estos modelos en la planta española, lo que tendría un impacto económico local mucho mayor, ya que requeriría proveedores locales.
En las negociaciones tuvieron un papel relevante el Ministerio de Industria español y el gobierno regional de Cataluña, cuya capital es Barcelona.
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