Amancio Ortega es un español que conquista Estados Unidos en el siglo XXI.
Este mes, el vehículo de inversión del multimillonario detrás de la compañía matriz de Zara, Inditex SA, completó una oferta de US$72,5 millones para un hotel en el centro de Chicago. Esto después de las compras en los últimos seis meses de un edificio en el distrito central de negocios de Washington y dos oficinas de Seattle arrendadas por Amazon.com Inc., por un total de US$ 1,100 millones.
La oleada de gastos de Ortega en EE.UU. aumenta el valor de su imperio global de propiedades más allá de los US$13.000 millones, según el índice de multimillonarios de Bloomberg, lo que lo deja con la mayor cartera en bienes raíces entre los súper ricos de Europa. En su esfuerzo por diversificar su fortuna de la moda para preservar su considerable riqueza, Ortega ha invertido más de US$3.000 millones en bienes raíces en EE.UU. durante los últimos seis años, adquiriendo propiedades históricas como el Edificio Haughwout de Manhattan y la torre de oficinas más alta de Miami.
"Si yo fuera un inversionista multimillonario que intenta preservar su riqueza a largo plazo, estaría buscando edificios clave en las principales ciudades", asegura Alex James, socio en Londres del equipo de clientes privados del corredor de bienes raíces Knight Frank.
La estabilidad económica de EE.UU. ha convertido al país en un destino popular para los inversionistas inmobiliarios extranjeros. Las adquisiciones transfronterizas de propiedades comerciales en EE.UU. totalizaron US$94.900 millones el año pasado, cerca de un máximo histórico, lideradas por compradores canadienses, franceses y singapurenses, según Real Capital Analytics.
Las propiedades estadounidenses constituyen la mayor parte del portafolio inmobiliario fuera de España del principal vehículo de inversión de Ortega: Pontegadea Inversiones SL, con sede en Arteixo, La Coruña, según presentaciones reglamentarias. En marzo, la empresa pagó US$740 millones por las propiedades arrendadas por Amazon, que el condado local estimó en US$550 millones, según informó el Seattle Times. El acuerdo es uno de los más grandes de Pontegadea y rivaliza con lo que pagó el año pasado para adquirir un edificio de oficinas en Londres de Blackstone Group LP.
"El acuerdo de Amazon es una declaración, ya que es una infraestructura de oficinas importante", asegura James. “La diferencia entre Pontegadea y Blackstone u otra firma de capital privado es que el capital multimillonario puede permitirse mantener el activo por mucho más tiempo. No lo mantendrán por cinco años y luego lo venderán”.
Un portavoz de la fundación caritativa de Pontegadea y Ortega declinó hacer comentarios.
Más allá de EE.UU., Pontegadea ha invertido en propiedades en Reino Unido, Canadá y la España, centrándose en ciudades principales, como Madrid y Toronto. En un raro alejamiento de los bienes raíces, la firma de inversiones acordó el año pasado adquirir una participación en la unidad de torres de Telefónica SA, Telxius Telecom SA, por 378,8 millones de euros (US$423 millones).
Ortega, de 83 años, tiene un patrimonio neto de US$63.600 millones, según el índice de Bloomberg, lo que lo convierte en la sexta persona más rica del mundo. La mayor parte de su fortuna se deriva de su participación mayoritaria en Inditex, el operador de cadenas de moda rápida más grande del mundo. Ortega, a diferencia de otros multimillonarios, financia sus vehículos de inversión a través de los dividendos de Inditex, en lugar de comprometer acciones para financiar otras adquisiciones.
Desde la oferta pública inicial de Inditex en 2001, Ortega ha recibido más de US$9.000 millones en dividendos, según datos compilados por Bloomberg.
Aunque alguna vez fue la segunda persona más rica del mundo, la riqueza de Ortega se desplomó al estancarse el crecimiento de los ingresos de Inditex. Sus acciones han caído más de 30% desde que alcanzaron un nivel récord hace dos años.
Ortega ha pasado la mayor parte de su vida en el negocio de la confección. Hijo de un trabajador ferroviario, comenzó a trabajar en una tienda de ropa en La Coruña a los 13 años. En 1963, comenzó a hacer batas de baño para mujeres con sus hermanos y su futura esposa, Rosalía Mera. Abrió la primera tienda Zara en 1975 e incorporó Inditex, un conglomerado, una década más tarde.
Ortega renunció como presidente de Inditex en 2011. Nunca tuvo su propia oficina; en cambio prefería trabajar junto a los empleados en el área principal de diseño, según “Zara y sus hermanas: la historia del minorista de ropa más grande del mundo", de Enrique Badia.