El grupo editorial Condé Nast, propietario de publicaciones como Vogue, The New Yorker, GQ o Vanity Fair, entre otras, anunció este lunes que recortará el sueldo a sus ejecutivos y llevará a cabo despidos y reducciones de jornada como consecuencia de la crisis económica derivada de la pandemia de la enfermedad del Covid-19.
En una carta enviada a sus empleados, el CEO de Condé Nast, Roger Lynch, informó de que tanto él como los miembros externos de la junta se rebajarán el sueldo un 50%, mientras que el recorte será del 20% para los miembros del equipo directivo y entre el 10 y el 20 % para quienes cobren más de US$ 100,000 al año.
Lynch no especificó un número concreto de despidos y consideró esa medida una “última opción”, pero declaró que se esperan “potenciales eliminaciones de empleos y roles”.
También señaló que algunas “grandes iniciativas estratégicas” se verían aplazadas y que se produciría una “congelación en la contratación” excepto para los roles “más esenciales".
“Como he compartido en mis correos electrónicos anteriores, hemos estado trabajando para evaluar el impacto de la crisis del Covid-19 en nuestro negocio y restablecer nuestro plan financiero para el año. Ese trabajo ha implicado modelar varios escenarios diferentes”, dijo Lynch.
“Si bien no dependemos únicamente de la publicidad impresa y digital como algunos de nuestros competidores a nivel mundial, veremos un impacto sustancial en nuestro negocio. (…) Es muy probable que nuestros clientes publicitarios, consumidores y, por tanto, nuestra empresa, operen bajo una presión financiera significativa durante un tiempo”, señaló el primer ejecutivo del conglomerado.
Las medidas anunciadas por Roger Lynch serán efectivas a partir del 1 de mayo durante un período, en principio, de cinco meses, es decir, hasta finalizar septiembre.
Con respecto a los permisos y horarios reducidos, Condé Nast lo aplicará solo a ciertos roles, especialmente en aquellos países donde los programas gubernamentales y los paquetes de estímulo “permiten ayudar a complementar los ingresos de los trabajadores”.
Según Lynch, esas decisiones “se tomarán localmente en los mercados de acuerdo con los programas gubernamentales disponibles”, lo que a su juicio ayudará a “preservar empleos y beneficios”.