En Tesla Inc., los trabajadores viven a diario con el temor de recibir un correo electrónico que empiece con “Estimado empleado”.
Ha pasado más de un mes desde que el director ejecutivo de la empresa, Elon Musk, anunció planes de despedir al 10% de la plantilla, y el proceso aún no termina. Esto significa que lo primero que hacen los empleados en la mañana es revisar sus mensajes para comprobar si aún tienen trabajo. Es probable que los despidos continúen al menos hasta junio, según personas familiarizadas con el asunto que pidieron no ser identificadas.
“Es difícil imaginar la sensación de caminar sobre cáscaras de huevo todos los días en el trabajo, con la incertidumbre de si serás capaz o no de pagar tus cuentas o alimentar a tu familia”, escribió en LinkedIn Michael Minick, un ex representante de ventas de Tesla que fue despedido en abril. “Sería un alivio saber que pueden respirar y centrarse en su trabajo, sin la nube gris de la incertidumbre que se cierne sobre ellos”.
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La nómina de Tesla ya ha sufrido una drástica transformación en los últimos años. De ser una startup nacida en Silicon Valley con una clara misión sobre energía limpia, ahora sus oficinas están mayormente en Texas y su enfoque está más bien en inteligencia artificial y robots.
Personas que siguen en la empresa dicen que Musk ha minado la moral al dar prioridad a un robotaxi por sobre un modelo eléctrico de US$ 25,000. También dicen que la misión que alguna vez inspiró a legiones de seguidores de Musk se ha desvirtuado. El daño —en parte autoinfligido— ha contribuido a que las acciones de Tesla acumulen una baja del 29% este año, destruyendo US$ 224,000 millones en valor de mercado.
Musk aún no dice si los recortes de empleo han terminado. Esto motiva amargas bromas entre compañeros de trabajo sobre ansiedad e insomnio. Un empleado actual describió el ambiente como parecido al de la serie coreana de televisión El juego del calamar, en la que personajes en dificultades económicas luchan por su vida jugando a concursos infantiles mortales.
Las olas de despidos han afectado a partes importantes de la empresa en áreas como ventas, recursos humanos y prácticamente toda la división de Supercargadores. A comienzos de año la empresa tenía más de 140,000 empleados. Musk ha presionado para reducir la planilla en un 20%, informó Bloomberg el mes pasado.
En la división de Supercargadores, algunos empleados descubrieron que Max de Zegher, el director de carga para Norteamérica, había sido despedido después de que su icono de Microsoft Teams súbitamente se volviera gris, señal de que ya no estaba en la empresa.
Muchos miembros del equipo pasaron los días siguientes despidiéndose, contando chistes y haciendo referencias al Titanic, según Joel Musia, quien fue despedido de su trabajo como jefe de construcción de Tesla. “¡Nos faltaba el cuarteto de cuerdas!”, escribió Musial en LinkedIn.
El humor negro se esparció por toda la división de cargadores, la cual había instalado más de 6,200 estaciones y 57,000 conectores en todo el mundo y estaba en proceso de abrir la red a otros fabricantes de automóviles, lo que debería aumentar su uso.
Musk dice que Tesla todavía planea hacer crecer la red, aunque a un ritmo más lento. Ha vuelto a contratar a De Zegher, pero no ha dicho a cuántos más les pedirá que regresen.
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Tampoco está claro si la empresa tendrá personal suficiente para mantener las estaciones de Supercargadores, ya que los despidos afectaron a varios grupos de técnicos. Un ex empleado en California dijo que se despidió a dos docenas de personas de un equipo de 80 que se encargaba del mantenimiento y reparación de los Supercargadores en el norte de California.
La región tiene ahora sólo un empleado a cargo de un tramo de más de 320 kilómetros entre Santa Rosa y Eureka, dijo la persona.
Otra persona en un papel similar con sede en Canadá predijo el caos después de que él y docenas más fueron despedidos. Dijo que muchas estaciones de carga de Tesla están a horas de distancia, y la cantidad de trabajo solo aumentará una vez que usuarios de otros modelos de autos tengan acceso.
Explicó que trabajó dos semanas más después del anuncio inicial de despidos en un estado de distracción e incertidumbre. Una carga de trabajo cada vez mayor y la constante desaparición de compañeros de trabajo le hacía difícil concentrarse. En su último día en Tesla, despachó técnicos y asistió a varias reuniones. Luego, a las 10:45 p.m. descubrió que su laptop de la empresa estaba bloqueado. A las 11:01 p.m. de esa noche, recibió el aviso de despido en su cuenta personal.
Según un exempleado de ventas, los recortes se producen en un momento de escasa demanda en el sector de los vehículos eléctricos. Esto eleva la presión sobre una plantilla que ya enfrenta cambios en la cultura de la empresa. La persona dijo que ya había visto una rotación significativa en casi una década en Tesla, y que cada salida costaba al fabricante de automóviles conocimiento institucional crucial.
“Las grandes empresas se componen a partes iguales de grandes personas y grandes productos, y estos últimos solo son posibles cuando su gente está prosperando”, escribió Rich Otto, quien dimitió como jefe de lanzamientos de productos de Tesla este mes, en su cuenta de LinkedIn (borró el post después de que los medios de comunicación informaran sobre él). “Los recientes despidos, que golpean a la empresa y su moral, han desequilibrado esta armonía y es difícil ver el juego a largo plazo”.
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