El mensaje de Jeff Bezos: las grandes tecnológicas no son tan poderosas. El mensaje de su fortuna personal: oh, sí que lo son.
Bezos y otros tres magnates de la tecnología defendían sus negocios en una audiencia del Congreso sobre asuntos antimonopolio el miércoles. Su riqueza, que crece vertiginosamente, es un indicador impresionante del poder económico de sus empresas.
El patrimonio neto del fundador de Amazon.com Inc. ha aumentado US$ 63,600 millones en lo que va de año. En un día de este mes, registró un salto sin precedentes de US$ 13,000 millones. El hombre más rico del mundo ahora está a punto de batir otro récord: una fortuna de más de US$ 200,000 millones, según el Índice de multimillonarios de Bloomberg.
La riqueza de otro líder ejecutivo que va a testificar, Mark Zuckerberg, de Facebook Inc., ha aumentado US$ 9,100 millones este año, elevándolo a la categoría de megamultimillonarios, al igual que Bezos y Bill Gates.
La increíble acumulación de dinero en tecnología no tiene rival en velocidad y escala. Ningún otro sector empresarial de ejecutivos ha prosperado en tal grado. Las personas más ricas del mundo se están volviendo aún más ricas, aún más rápido, a medida que la pandemia de coronavirus da un vuelco a la economía global e impulsa cada vez más la actividad digital.
Economía digital
“Movimos la economía física a una economía por internet drásticamente”, dijo Luigi Zingales, profesor de finanzas de la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago. “Probablemente habría sucedido lo mismo en un período de tiempo más largo. Ahora está sucediendo en semanas en lugar de años”.
La audiencia se realizará por videoconferencia y en ella también participarán Tim Cook y Sundar Pichai, los líderes de Apple Inc. y la empresa matriz de Google, Alphabet Inc. Parece que la audiencia será asunto un combativo ya que los legisladores expresan una gran frustración con la forma en que la industria ejerce su influencia.
La postura de Bezos será que su compañía es la historia de un éxito en Estados Unidos que logró su posición mediante la toma de riesgos y un enfoque implacable en los clientes, según su testimonio preparado. Contará su historia personal y la de sus padres, que invirtieron en lo que se convertiría en el mayor minorista digital del mundo.
La riqueza colectiva de los multimillonarios tecnológicos en el índice de Bloomberg, una clasificación de las 500 personas más ricas del mundo, casi se ha duplicado desde el 2016, de US$ 751,000 millones a US$ 1.4 billones en la actualidad. El incremento es más rápido que en cualquier otro sector.
La fortuna de siete de las 10 personas más ricas del mundo procede de las propiedades tecnológicas, con un patrimonio neto conjunto de US$ 666,000 millones, un incremento de US$ 147,000 millones este año.
Los grandes ganadores en lo que va del 2020 incluyen Elon Musk, cuyo patrimonio neto ha aumentado en más del 100% a US$ 69,700 millones gracias a la apreciación de las acciones de Tesla Inc.
Las riquezas de Gates, el co-fundador de Microsoft Corp., y del ex CEO, Steve Ballmer, también se han disparado, mucho después de que dejaran la compañía. El multimillonario indio Mukesh Ambani, cuya fortuna está ligada a la mayor refinería de petróleo del mundo, también se ha beneficiado del cambio hacia internet.
Las acciones de Reliance Industries Ltd., el conglomerado que controla, han aumentado un 45% este año a medida que la compañía se ha expandido a negocios digitales y minoristas, convirtiéndolo en la quinta persona más rica del mundo.
De las 10 personas más ricas, solo dos han visto disminuir su riqueza en 2020: el magnate del sector del lujo Bernard Arnault y Warren Buffett, de Berkshire Hathaway Inc.
Impuesto a la riqueza
Las grandes empresas tecnológicas se han ganado cierto respeto reticente, incluso por parte de los críticos, durante la pandemia.
“Hemos tenido la suerte de tener estas tecnologías digitales”, dijo Daron Acemoglu, economista de Massachusetts Institute of Technology. “Sin ellas, las consecuencias de los cierres y el distanciamiento social habrían sido peores”.
Ello podría tener un costo: “Esto va a empeorar el dominio de las empresas de tecnología en la economía y nuestras vidas sociales, y acelerará significativamente la tendencia hacia una mayor automatización”, señaló Acemoglu. Y advirtió que el rápido auge de la tecnología puede profundizar la desigualdad, reducir el número de buenos empleos y debilitar la democracia.
Tales preocupaciones podrían situar a las grandes tecnológicas y sus multimillonarios en la mira de los Gobiernos cuyas finanzas han quedado devastadas por la pandemia. Durante la carrera a la nominación para la carrera presidencial de EE.UU. de este año, Elizabeth Warren y Sanders propusieron impuestos a la riqueza de multimillonarios, una idea muy bien recibida entre los votantes.
El ex vicepresidente Joe Biden, el presunto candidato demócrata, no ha aceptado el impuesto a la riqueza, pero está haciendo campaña por tasas más altas para los ricos y las corporaciones, así como para el cierre de las lagunas fiscales.
Sin un impuesto a la riqueza u otro tipo de gravámenes innovadores, será difícil gravar la fortuna de Zuckerberg, Bezos y otros multimillonarios tecnológicos. Gran parte de su fortuna está en forma de acciones en alza, que no se gravan hasta que se venden.
“Los multimillonarios están acumulando una gran cantidad de ganancias de capital no realizadas, por las cuales no están pagando muchos impuestos, si es que los hay”, dijo el profesor de economía de la Universidad de California en Berkeley, Gabriel Zucman, quien ayudó a Sanders y Warren a desarrollar sus propuestas de impuesto a la riqueza.