AT&T Inc. y Verizon Communications Inc. informaron que implementarán su nuevo servicio 5G con una potencia reducida temporalmente en los próximos meses para aliviar los temores de que las señales puedan interferir con la electrónica de los aviones de pasajeros y otros aeronaves.
Las medidas, presentadas el miércoles en una carta a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés), surgen tras una advertencia a los pilotos por parte de los reguladores aeronáuticos con respecto al nuevo servicio y a las negociaciones en que participaron las agencias federales y la Casa Blanca.
“Hemos aceptado voluntariamente ciertas medidas de protección preventivas”, dijo AT&T en un comunicado. “Aunque no hay pruebas creíbles de que exista un problema legítimo de interferencia, acordamos tomar estas medidas adicionales para aliviar cualquier preocupación de seguridad”.
Es uno de los primeros signos de un posible compromiso tras meses de creciente tensión entre ambas partes. Los parámetros descritos por AT&T y Verizon pueden permitir un análisis más preciso del riesgo que podrían suponer las señales.
Los proveedores de telefonía móvil no habían compartido directamente su propuesta con la Administración Federal de Aviación ni con el sector aeronáutico antes de presentarla a la FCC.
Los sectores de la aviación y la telefonía móvil se han enfrentado en una inusual disputa pública por el uso de frecuencias, cada vez más demandadas por la nueva tecnología inalámbrica. En este caso, el servicio 5G operaría en un conjunto de ondas conocidas como banda C que transportarán nuevos y lucrativos servicios.
Funcionarios de aviación han dicho que las nuevas señales 5G podrían interferir en los equipos de seguridad de las aeronaves, mientras que la FCC y la industria móvil han afirmado que no hay evidencia de un problema. Los proveedores de telefonía móvil dijeron previamente que retrasarían el uso de las ondas durante un mes, hasta principios de enero.
AT&T y Verizon se comprometieron en su carta a operar el nuevo servicio 5G a potencia reducida en todas partes durante seis meses, con niveles de potencia aún más bajos y una altura de antena limitada cerca de los aeropuertos y a lo largo de las rutas de aterrizaje. Las transmisiones también estarían limitadas para las antenas orientadas hacia el cielo y en lugares cercanos a “helipuertos públicos”, dijeron las compañías.
Las dos compañías describieron múltiples límites precisos para la potencia y la dirección de las frecuencias que utilizarán durante los próximos seis meses, información que la industria de la aviación ha solicitado en repetidas ocasiones.
Las empresas también abrieron la puerta para extender las restricciones más allá de los seis meses si “surge evidencia creíble de que se produciría una interferencia en el mundo real si se relajaran las medidas”, dijeron en la carta.
Al mismo tiempo, las empresas se esforzaron por defender sus planes iniciales y dijeron que no había pruebas de que representaran un riesgo para la seguridad.
RTCA Inc., una organización sin fines de lucro con sede en Washington que estudia cuestiones técnicas de aviación, concluyó en un informe el año pasado que el potencial de interferencia creaba un peligro para la seguridad. Pero sin información detallada sobre los niveles de potencia y la colocación de las antenas de las torres de telefonía móvil, los análisis de la industria se han visto obligados a hacer suposiciones en el peor de los casos, dijeron cuatro personas familiarizadas con las discusiones sobre el tema. Pidieron no ser identificados debido a la naturaleza sensible de las conversaciones.
Los requisitos de certificación de los altímetros de radar, que hacen rebotar los haces de radio en el suelo para determinar la altura de un avión, nunca previeron los riesgos de interferencia de las frecuencias cercanas, por lo que algunos modelos podrían no estar protegidos de las ondas cercanas de la banda C.
Sin embargo, en los últimos años los fabricantes de estos dispositivos han añadido más protecciones y han estudiado los riesgos, por lo que deberían ser capaces de determinar si los dispositivos son susceptibles de sufrir interferencias si se proporciona información más precisa sobre la intensidad de la señal, dijo una de las personas familiarizadas con las discusiones.