Apple Inc. está poniendo fin a un largo proyecto para diseñar y desarrollar sus propias pantallas para relojes inteligentes, poniendo fin a otra costosa iniciativa de investigación y desarrollo.
En las últimas semanas, la compañía culminó un esfuerzo interno para fabricar pantallas con tecnología microLED, según fuentes con conocimiento del asunto. Las pantallas, que ofrecían imágenes más brillantes y vibrantes, se habrían añadido a una futura versión del Apple Watch, antes de pasar potencialmente a otros productos.
Pero el costo y la complejidad de la tarea resultaron ser demasiado elevados. Así que Apple está reorganizando los equipos que se ocupan de la ingeniería de pantallas y eliminando varias docenas de puestos de trabajo en Estados Unidos y Asia, señalaron las fuentes, quienes pidieron no ser identificadas por ser un tema interno.
El cierre del proyecto coincidió con la decisión de cancelar el trabajo sobre un vehículo autónomo. En ambos casos, Apple está dando la oportunidad, al menos a algunos de los empleados afectados, de encontrar otras funciones dentro de la compañía.
Si no consiguen un nuevo empleo —algo probable para algunos de ellos—, los trabajadores serán despedidos y recibirán una indemnización. Un portavoz de Apple declinó hacer comentarios.
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El proyecto de las pantallas formaba parte de una iniciativa más amplia de Apple para diseñar más tecnología de forma interna. Aunque la empresa ya personalizaba las pantallas de sus productos, éstas se basaban en gran medida en diseños de socios como LG Display Co. y Samsung SDI Co. Al incorporar más de ese proceso a Apple, la empresa esperaba obtener una ventaja sobre sus competidores.
También vio un futuro prometedor en el microLED, compuesto por millones de diodos emisores de luz microscópicos, y quiso desempeñar un papel clave en su desarrollo. Esta tecnología consume menos energía, reproduce los colores con más precisión y permite fabricar dispositivos más delgados.
El proyecto comenzó hace unos siete años dentro de la organización de ingeniería de hardware de Apple. Más tarde pasó a manos de Wei Chen, que dirige el grupo de pantallas de Apple. El proyecto, cuyo nombre en clave es T159, se trasladó hace unos años a la división de tecnologías de hardware de Apple.
Apple incluso construyó su propia planta de fabricación de pantallas en Santa Clara (California), cerca de su sede de Cupertino, donde cientos de empleados podían probar la producción de pantallas microLED. Muchos de los recortes de empleo afectan a personas de ese centro, junto con los centros de ingeniería de pantallas de Apple en Asia, cerca de los centros de la cadena de suministro de la empresa.
Una visita a las instalaciones de Santa Clara esta semana mostró que el edificio seguía operativo, con coches en el aparcamiento y un pequeño número de empleados entrando y saliendo de las instalaciones.
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Cuando Apple ideó el proyecto microLED hace años, veía esta tecnología como sucesora del estándar actual: las pantallas LED orgánicas u OLED. Esperaba introducir los microLED en todos sus productos, desde los Apple Watch hasta los iPhone y los Mac.
En 2018, la compañía creía que era capaz de llevar las pantallas al Apple Watch ya en 2020. Ese calendario acabó retrasándose hasta 2024, y luego hasta 2025 y más allá. La situación fue similar a la del trabajo de Apple en el coche eléctrico, cuyo lanzamiento se pospuso varias veces.
A pesar de todas sus ventajas, las pantallas microLED eran difíciles de producir en cantidades suficientes. Fabricarlas requería tecnología de punta y un complicado proceso llamado transferencia de LED, es decir, la colocación de píxeles en la pantalla. Aunque Apple era propietaria del diseño y el proceso de fabricación de las pantallas microLED, recurrió a varios socios para gestionar la producción en masa y tareas como las transferencias LED.
La noticia de un cambio en el proyecto surgió por primera vez en las últimas semanas, cuando los proveedores anunciaron que estaban perdiendo contratos relacionados con los microLED. Entre ellos, AMS-Osram AG, que informó que la cancelación le obligaría a recortar puestos de trabajo, vender potencialmente una planta de fabricación y registrar una pérdida de valor que podría acercarse a los US$ 1,000 millones.
Por ahora, Apple cree que OLED es la mejor solución para su reloj inteligente. Sin embargo, Apple continúa considerando el microLED para otros proyectos en el futuro. La compañía está identificando nuevos proveedores y procesos potenciales que podrían hacer realidad la tecnología en sus dispositivos, aunque no es probable que eso ocurra a corto plazo.
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