El apagón de seis horas de Facebook, Instagram y WhatsApp fue una molestia para muchos usuarios, pero algo mucho más grave para millones de personas que dependen de las redes sociales para manejar sus negocios o comunicarse con parientes, cónyuges, maestros o vecinos.
El corte de los tres servicios el lunes puso de manifiesto el poder y el alcance de Facebook, dueño de las apps de fotos y mensajes.
En todo el mundo el corte de WhatsApp dejó a muchos perplejos. En Brasil, el servicio de mensajes es por mucho la app más utilizada del país, instalada en el 99% de los celulares, según la encuestadora tecnológica Mobil Time.
WhatsApp se ha vuelto esencial en Brasil para las comunicaciones no sólo entre amigos y familias, sino también entre los negocios y sus clientes, en las universidades y para transacciones cotidianas como pedir comida.
Oficinas, servicios e incluso los tribunales tuvieron problemas para hacer citas, y las líneas telefónicas no se dieron abasto.
Cientos de miles de haitianos en su país y el exterior sintieron la falta de WhatsApp.
Muchos de los 11 millones de habitantes de Haití dependen del servicio para alertarse mutuamente sobre la violencia en una zona determinada o para hablar con parientes en Estados Unidos sobre transferencia de fondos y otros asuntos urgentes. Los migrantes en Estados Unidos lo utilizan para ubicarse o indicar lugares donde dormir.
Para los pequeños negocios, el apagón provocó pérdidas de cientos o miles de dólares.
“El corte del lunes puso de relieve nuestra dependencia en Facebook y sus propiedades como WhatsApp e Instagram”, dijo Brooke Erin Duffy, profesora de comunicaciones de la Universidad Cornell. Enormes categorías de trabajadores dependen para sus ingresos del funcionamiento de las plataformas.
El corte es un ejemplo de cómo los empresarios y los pequeños negocios sufren cada vez que Facebook u otros incorporan un nuevo accesorio o modifican de alguna manera su funcionamiento.
Sarah Murdoch maneja una pequeña agencia de viajes en Seattle llamada Aventuras con Sarah que promueve sus giras por medio de videos en Facebook Live. Calcula que el corte le costó miles de dólares en reservas.
“He probado otras plataformas porque desconfío de Facebook, pero ninguna es tan poderosa para la clase de contenidos que yo creo”, afirmó Murdoch. En cuanto a las pérdidas, “tal vez sean unas pocas personas, pero somos una pequeña empresa y eso duele”.
Heather Lynton regenta un estudio de retratos en Lynton, Indiana, desde hace 18 años. Toma fotos para las escuelas y equipos deportivos y hace carteles con fotos. Tiene su propio sitio en la red, pero dice que muchos clientes la buscan a través de las redes sociales.
Dijo que puede haber perdido tres o cuatros reservas de sesiones a US$ 200 el cliente.