Si bien aún no hay indicios suficientes para hablar de una recesión en Estados Unidos, los mercados están internalizando este escenario, y ello impacta a economías como la peruana a través de canales como el tipo de cambio, precio del cobre, precios de importaciones, señaló Mario Guerrero, subgerente de Economía del Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank.
Los temores de recesión sobre la economía de Estados Unidos, segundo socio comercial de Perú, vienen creciendo. Esto en línea con los aumentos de tasas por parte de Reserva Federal (Fed), hoy en el rango de 1.5% y 1.75%, y se espera que termine el año por encima de 3%) para controlar una inflación de más de 8.6% a mayo (máxima en cuatro décadas), y una proyección de crecimiento cada vez más baja (Banco Mundial redujo su proyección de 3.7% a 2.5%, y la Fed de 2.8% a 1.7%).
Cabe resaltar que, según el gerente del Área de Estudios Económicos del BCP, Carlos Prieto, la desaceleración de los socios comerciales de Perú es uno de los factores que determinaría la desaceleración del Producto Bruto Interno (PBI) en la segunda parte del año (crecimiento de 1.6% en el segundo semestre).
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Guerrero mencionó que el primer efecto, bajo la coyuntura actual, es por el canal del tipo de cambio (ahora en S/ 3.86), el cual ya se ha visto en aumento en las últimas semanas (subió 3% en junio), dinámica similar a la de otros países de la región.
“El dólar se está fortaleciendo en el actual contexto. La reunión de la Fed (26 y 27 de julio), y un posible aumento de tasas de 50 o 75 puntos básicos, ante la coyuntura de inflación va a ser importante e influirá en el tipo de cambio. Si el dólar pasa el techo técnico de S/ 3.86 es posible que luego hayan niveles más próximos a S/ 3.90 o S/ 4. Se espera que el Banco Central de Reserva (BCR) intervenga para evitarlo”, indicó.
Otro canal de impacto es el precio del cobre, el cual ya está contrayéndose, estando en niveles por debajo de los US$ 4 la libra. El efecto es a través del valor de las exportaciones, oferta de dólares, ingresos fiscales y los activos peruanos como acciones.
“Este impacto también explica lo del tipo de cambio. US$ 4 la libra era un soporte técnico, y el siguiente es de US$ 3.60, niveles en los que se encuentra actualmente. Un cambio de tendencia podría suceder si el precio del metal se coloca por debajo de US$ 3.25. La postura de la Fed podría influir también en este canal de commodity”, apuntó Guerrero.
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Petróleo
Por el lado de las importaciones, es posible que la reacción de insumos como el petróleo (Perú es importador neto) ante una posible recesión pueda aliviar el escenario de inflación, manifestó.
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“El costo del petróleo se ha visto a la baja, ahora con niveles de alrededor de US$ 100, y no muy por encima. Todo ello, a la par de un retroceso de todos los precios de los granos, como trigo, maíz, soya y fertilizantes. Eso es positivo por el lado de la inflación, y su reducción. Creemos que en junio fue el pico de la inflación, y que en julio habría una moderación por un efecto base, pero también por estas correcciones a la baja en commodities ante la coyuntura”, explicó.
Agregó que, de materializarse el escenario de recesión, ello se reflejaría en un menor crecimiento de Perú pero en el 2023.
“En un escenario efectivo de recesión, el impacto no sería por el canal financiero, sino por el real. Es decir, la menor actividad de Estados Unidos y su incidencia en la global, ya tendría repercusión en un menor producto en Perú. No obstante, este año está todo jugado, los impactos más significativos serían en el 2023″, anotó.
Guerrero también mencionó que la actividad de China podría balancear el escenario de temores de recesión, y soportar el impacto en la economía peruana. Esto, debido a que es un actor importante en el mercado de metales.
Cabe resaltar que la economía china, principal destino de las exportaciones de Perú, también ha visto recortes en sus estimados de crecimiento económico del año al pasar de 5% a 3.8%, según reportó el Banco Central de Reserva (BCR), niveles por debajo de los que crece en promedio el gigante asiático.
La revisión a la baja se explica debido a los desarrollos recientes en torno de la pandemia (política de COVID cero), a la desaceleración del mercado inmobiliario, y a un menor dinamismo de su sector exportador.
“China es el que puede dar soporte al escenario pesimista con mercados operando en modo recesión. Es probable que en ese país se den estímulos como una reducción de las tasas de interés, contrario a lo que pasa en el resto del mundo, y medidas fiscales para dar mayor movilidad a su economía, aunque todo ello aún es incierto”, indicó.
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