Los precios del cobre se ubicaron el último miércoles en US$ 9,876.00 por tonelada y se acerca cada vez más al umbral de los US$ 10,000. Según datos de Bloomberg, el precio por libra alcanzó los US$ 4.53, cifra que no se reflejaba desde abril del 2011.
De acuerdo con Daniel Briesemann, analista de Commerzbank, es solo cuestión de tiempo para que el metal rojo sobrepase los US$ 10,000 por tonelada, y proyectó un posible récord de US$ 10,190 en el corto plazo. Asimismo, Goldman Sachs proyectó que el precio del cobre podría alcanzar los US$ 11,875 la tonelada en el 2022; y US$ 12,000 la tonelada en el 2023.
En el Perú, el principal metal producido es el cobre. Entre los años 2005 y 2019, según el Ministerio de Energía y Minas (Minem), la producción creció a un rimo anual de 6.6%. La inversión minera, por su parte, sumó US$ 59,340 millones, en la última década; creciendo a un ritmo promedio de 7.1%.
“La evolución positiva en el mercado del cobre, responde a la reactivación de la economía mundial, especialmente en la producción industrial de China y la expectativa de que se apruebe el plan de infraestructura que el presidente de Estados Unidos presentó al Congreso. A esto hay que añadir la versatilidad que ha mostrado el metal rojo como materia prima para ser utilizada en tecnologías relacionadas con energías limpias, que no hace más que reforzar su posición en el mercado”, explica Pablo de la Flor, director ejecutivo de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) a Gestión.pe.
Asimismo, Katherine Salazar, analista de sectores primarios de la Gerencia de Estudios Económicos del Scotiabank, sustentó que esta subida podría darse hasta mediados del 2021, y luego se podría observar una corrección, pero dependerá bastante de la demanda de China. Añade que estos precios altos del cobre deberían incentivar la inversión en el país, con lo cual se producirá mucho más.
“Será muy importante la puesta en marcha de tres megaproyectos que tenemos en el Perú, aquellos enfocados en cobre: Quellaveco de Angloamerican, ampliación de Toromocho de Chinalco y Mina Justa de Marcobre. Incluso, podrían haber más proyectos, pero la demora en trámites administrativos y conflictos sociales desalienta a potenciales inversiones”, sustentó.
Los proyectos Tía María (Southern) y Conga (Buenaventura-Newmont) representan más de US$ 6,000 millones no invertidos a causa de los conflictos sociales. Por ello, será importante que el entorno sea propicio y la especialista considera que el próximo gobierno debe destrabar estos proyectos postergados.
Con ello, se incrementará el volumen exportable de cobre, que aporta el 7% al PBI nacional y más del 50% al PBI minero del Perú.
Impacto de la paralización
Para Diego Macera, gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE) si bien es un buen momento para aprovechar la producción minera existente, Perú pudo haber obtenido mucho más beneficio con el aumento del precio del cobre. “Tenemos proyectos que todavía pueden y deberían salir. Uno de ellos es la construcción de Tía María”, comenta.
El IPE hizo una estimación sobre los proyectos mineros que se encontraban en la cartera del Minem, que sumaban poco más de 40 por un monto de US$ 50,000 millones. Estos se encuentran en diferentes fases: factibilidad, prefactibilidad, algunos en construcción, dentro de lo cuales, el más importante es Quellaveco.
Macera explicó que, si se asumieran los precios promedio del cobre, de los últimos diez años, que es menor a los registrados estas semanas, activando los proyectos en cartera se podría generar más de S/ 100,000 millones de producción minera por año.
“En el 2019 se generó algo más de S/ 90,000 millones. Es decir, si ponemos a trabajar los que están en cartera, tienen más potencial que los que tenemos ahorita en operación. Es lo que todavía no se está aprovechando”, indicó el economista.
Otro punto resaltado por Macera es que estos S/ 100,000 millones proyectados son en base al precio promedio de la última década del cobre, no los registros actuales. “Si agregas a esa simulación los precios que tenemos hoy día, este número es muchísimo más alto. El que tenemos es más conservador”, añadió.
En ese mismo cálculo conservador, en un periodo de diez años, si se pusieran en marcha los proyectos, con tasas actuales y costos promedios por el tipo de mineral se podrían obtener unos S/ 350,000 millones en impuestos. “Esto está calculado a lo largo de una década. Pero, pone en perspectiva lo que podría significar la puesta en marcha de estos proyectos”, señala.
Con esta proyección se tendrían unos S/ 35,000 millones anuales, que podría ser el 15% del presupuesto público de cada año. “Esto solo con los nuevos proyectos, más allá de lo que se genera. Además, es calculado con los precios anteriores, no los alcistas que tenemos hoy en día”, acota Macera.
El presupuesto anual de toda la República del Perú llega a poco menos de S/ 200,000 millones. Ello significa que el monto proyectado por el IPE a lo largo de diez años, es 50% más que todo el presupuesto del país.
“Perdemos al no poner en marcha los proyectos. El mensaje tiene que ser más claro, hay que apurarnos mientras este ‘boom’ en los precios están a disposición. Estamos perdiendo miles de millones de soles cada año, en beneficios y puestos de trabajo no generados. Estos generarían al menos S/ 350,000 millones si hubiéramos iniciado hace diez años”, sustentó.
De la Flor, por su parte, manifestó que no llevar a cabo los proyectos sin duda redunda en pérdida para el país, que se traduce no solo en la inversión no ejecutada y la producción que no se obtiene, sino en todo lo que hace la minería que potencia al resto de la economía peruana como la generación de miles de empleos.