Tras crecer 3.8% en el primer trimestre del año, la economía peruana se desaceleraría en el segundo trimestre, estimaron analistas.
El economista Eduardo Jiménez, analista de Macroconsult, refirió que si bien el resultado del primer trimestre ha sido un poco más alto de lo previsto, pues esperaban que el PBI crezca alrededor de 3%, “ello no quiere decir que no haya una desaceleración en el segundo y tercer trimestre”.
Así, Jiménez estima que en el segundo trimestre del año el PBI crecerá por debajo de 3%, en el tercer trimestre la expansión sería de alrededor de 3% y en el cuarto trimestre espera una aceleración por encima de 3.5%.
El analista refirió que el cuarto trimestre tendrá un resultado atípico pues estará marcado por el inicio de producción del megaproyecto minero Quellaveco.
Jiménez indicó que el mayor crecimiento del primer trimestre ha hecho elevar ligeramente la proyección de crecimiento del PBI para este año de 3% a 3.3%. Aún así, el estimado se encuentra por debajo del 3.6% de crecimiento previsto por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Por su parte el exministro de Economía, Luis Miguel Castilla, refirió que tras el resultado del primer trimestre del año (3.8%), ya está culminando el crecimiento “inercial” producto del rebote tras el impacto del COVID-19, por lo que en adelante se esperan menores tasas de expansión, en línea con un crecimiento “anémico”.
“En el segundo trimestre el crecimiento va a ser por debajo de 3.8%, por el menor impulso de la inversión. Yo estimo que este año el PBI crecerá entre 2% a 3%”, refirió.
Castillo coincide en que no se cumplirá la meta de crecimiento del MEF. “No me sorprendería que en agosto, cuando el MEF actualice sus proyecciones, haya una corrección a la baja (de la tasa de 3.6%)”, anotó.
Jiménez detalló que sus proyecciones incorporan el efecto negativo de las paralizaciones de algunas actividades extractivas, como los casos de las minas Cuajone y Las Bambas. “La conflictividad social ya está en los supuestos de proyección. Sin este impacto, este año estaríamos creciendo por encima de 4%”, anotó.
Para el 2023, Jiménez rebajó su proyección de crecimiento del PBI de 2.5% a 2.2%, debido a que ya no se prevé el inicio de nuevos megaproyectos mineros y se registraría una debilidad de la demanda interna.
Castilla subraya que debido a la inacción del Gobierno el Perú está desaprovechando la excelente coyuntura de los altos precios de los metales para promover más inversión que genere empleo.
“Por eso tendremos un crecimiento mediocre, pudiendo crecer a una tasa mucho más elevada”, remarcó.
Tanto para el 2022 y 2023, Jiménez refiere que son tres los principales riesgos para nuestra economía: el agravamiento de los conflictos sociales en actividades extractivas, una posible escasez de alimentos debido a la falta de fertilizantes, y una desaceleración más fuerte de la economía global, que incluso podría llegar a una recesión.
Por su parte Castilla también advierte sobre riesgos en las decisiones de política económica que podrían darse desde el Gobierno, como cambios en la Constitución o un cambio en el MEF.
“Cambios en la Constitución o en la conducción del MEF provocarían salida de capitales de Perú. Por ahora estos riesgos parecen estar contenidos, pero seguirán latentes”, anotó.