La economía peruana posiblemente cierre el primer semestre con un crecimiento de alrededor de 3%, pero se desacelerará en el segundo, cuando se tendría un avance por debajo de 2%; una dinámica bastante menor, señaló Juan Carlos Odar, economista y director de Phase Consultores.
Cabe indicar que, según reporta el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el Perú tuvo un crecimiento de 3.7% en abril, y destaca la caída de la minería metálica en 4.3%, y avances por el lado no primario como el de alojamiento y restaurantes (creció 48%). Asimismo, en el acumulado el resultado fue de 3.8% en los cuatro primeros meses del año, con el dato de minería metálica en -1.64%.
Instituciones como el BBVA Research, que prevén un crecimiento de 2% en el año, indican que a pesar de este resultado las señales de desaceleración se han acentuado. No obstante, Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva (BCR), señaló que las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) no están captando con exactitud el dinamismo del consumo y manufactura.
Además, en la víspera (viernes), el BCR redujo la proyección de crecimiento de la economía peruana para este año de 3.4% a 3.1%, lo cual se explica principalmente por la revisión a la baja en la producción de los sectores primarios.
Odar mencionó que el estimado para el segundo semestre encaja con un crecimiento de alrededor de 2.5% en el 2022. Indicó que lo que sostendría el resultado de la segunda parte del año está vinculado con el dinamismo del consumo por la disponibilidad de liquidez por los fondos de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS), y puesta en marcha de Quellaveco.
“A pesar de estos factores, se crecería mucho menos que en la primera parte. Es posible que en los meses de agosto y setiembre se tengan las tasas de crecimiento más bajas, considerando los resultados del año pasado. En setiembre habrían tasas bastante pegadas a cero. En los últimos meses del año hacia diciembre se podrían ver niveles de entre 1% y 1.5%, también bastante menores. Hay un enfriamiento”, agregó.
Al respecto, Odar indicó que, en un análisis desestacionalizado (que permite comparar cifras con periodos previos), se ha visto una contracción en el primer trimestre de 0.46% con respecto al cuarto del 2021. Asimismo, se estima que el segundo también exponga una reducción frente a los primeros tres meses del año, en alrededor de 0.17%.
“Con dos trimestres consecutivos de caída, técnicamente, sería una recesión. Es paradójico lo que muestran los datos, pues se ven tasas interanuales sobre 3%, mientras a la par se da una desaceleración que ha llegado incluso a terreno negativo. Todo esto ya genera perspectivas negativas para el próximo año, teniendo en cuenta que hay ausencia de proyectos grandes o algún impulso de liquidez como el retiro de las AFP, en un contexto de mayores tasas y precios altos”, apuntó
Hugo Perea, economista jefe del BBVA Research, señaló que es probable que el crecimiento del mes de mayo esté por debajo de los niveles vistos en abril y con desempeño débil, pues se verá el impacto de los conflictos en Las Bambas (que recién reanudó operaciones, aunque de forma temporal).
En ese sentido, indicó que es posible que el segundo trimestre tenga resultados un poco por debajo de 3% (primer trimestre cerró en 3.8% de crecimiento, según reportó INEI).
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“Se está viendo un impacto positivo por el sector no primario, debido a las reducidas restricciones por el COVID-19, lo que seguirá teniendo efecto en el segundo semestre. Sin embargo, la parte negativa la ofrece el sector primario, por los conflictos alrededor de la minería, y aún es una incógnita si continuarán o no en los meses que vienen. Los niveles negativos de confianza empresarial (14 de los 18 indicadores se mantienen en el tramo negativo), por el ruido político, también influirán”, anotó.
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Perea agregó que en el segundo semestre la nueva disponibilidad de liquidez de las personas por liberación de la AFP y CTS, le dará más soporte al consumo privado y, por ende, un mayor dinamismo en servicios y comercio. No obstante, señaló que, además de la persistencia de la conflictividad social, también hay riesgos foráneos.
“Por el lado externo, hay riesgos de un mayor ajuste monetario por parte de la Reserva Federal (Fed) - luego que el 15 de junio aumentó su tasa en 75 puntos básicos -, y una posible desaceleración de la economía mundial (el Banco Mundial recortó a 2.9% su perspectiva de crecimiento global para el presente año. A inicio del 2022 era de 4.1% y de 3.2% en abril)”, apuntó.
Al igual que Odar, Perea indicó que la economía se está “enfriando”, pues hay contracciones en la actividad económica del 2022 si se observan los índices desestacionalizados.
Datos
- El índice desestacionalizado de la producción nacional de abril del 2022 registró una variación de -0.98%, respecto al mes inmediato anterior. Por su parte, en marzo (respecto a febrero), la variación fue de -1.31%, según INEI.