En noviembre del 2021 se inició un procedimiento adminstrativo sancionador en contra de un número de productos alimenticios en el mercado, incluyendo el Paneton Bell’s, el Bimbolete de Bimbo y Cheese Tris, de la empresa Snacks America Latina S.R.L.
Todos ellos, sin embargo, han sido archivados, fallando a favor de las empresas.
Los procedimientos se iniciaron debido a que se alegó que los productos superaban el límite de grasas trans que puede tener un producto y, como consecuencia de ellos, se retiraron dichos alimentos del mercado. Ello, en base a pruebas realizadas por el Indecopi.
Los productos ya regresaron al mercado, pero el daño, ambos a las empresas y a los consumidores ya se dio.
El Daño
Como explica Iván Alonso, economista, “se retiró el panetón Bell’s del mercado ad portas de la campaña navideña, lo cual puede haber generado un costo millonario para la empresa. Asimismo, dicho panetón es de consumo popular, debido a su bajo precio, por lo que, al final, se ha terminado dañando al consumidor, quien ahora tiene una opción menos de compra”.
Alonso agrega que se le ha hecho un daño al renombre de la marca, el cual puede seguir afectando sus ventas a futuro.
“Es lamentablemente el estilo de Indecopi, que hace mucho aspaviento cuando inicia el caso y lo vuelve mediatico, pero que no hace lo mismo cuando la evidencia lo fuerza a retroceder y fallar a favor de la empresa. No se ha visto publicidad al respecto y eso es especialmente negativo cuando se considera que se ha dañado la reputación de la empresa y del libre mercado”, comenta Alonso al respecto.
“Felizmente el Indecopi se ha rectificado, pero no elimina el daño causado”, puntualiza.
El Error
Pierino Stucchi, socio del estudio Muñiz y abogado en el caso de Cheese Tris, señaló que hubo un “evidente apresuramiento” en el caso que llevó a medidas erróneas.
“Nunca existieron las pruebas suficientes ni representativas para emitir una medida cautelar que retire el producto del mercado”, explicó Stucchi, quien añadió que el “impacto negativo sobre las empresas y los consumidores” ya que se terminan retirando productos de la capacidad de disposición del consumidor y se “limitan sus opciones de consumo”.
“El mensaje a futuro es que este tipo de acciones deben ser más meditadas, más fundamentadas y nunca apresuradas”, agregó.
Al respecto, Alonso indica que “estos procesos de defensa del consumidor dejan un sinsabor de que hay un afán de despertar las emociones del público al echar luces sobre una empresa y acusarla de solo tener interés en lucrar. Si no se sigue los procedimientos adecuados, se actúa con prudencia ni se espera a tener más evidencia antes de hacer un caso público se seguirá afectando a más empresas y a los consumidores”.