Este año no habría espacio para bajar la tasa de política monetaria. Lo que se prevé es un ajuste a la baja recién en el 2023, sujeto a que se normalice la situación de los precios de los insumos y cadenas de suministros, y que se reduzcan las presiones en los precios, señaló Hugo Perea, economista jefe del BBVA Research.
La tasa de referencia del Banco Central de Reserva (BCR) actualmente se ubica en 5%, luego de haber hecho un aumento en 50 puntos básicos a inicios de mayo, debido al proceso de normalización de tasas y como medida para “anclar” las expectativas de inflación (a abril del 2022 en 4.6% a doce meses). Este aumento fue el décimo consecutivo desde agosto del 2021, ello en un marco de inflación de 8.62% a abril del presente año (tasa de los últimos doce meses a nivel nacional).
“En el momento que el banco central decida bajar la tasa, iría en línea con un escenario en el que las expectativas de inflación disminuirán, por lo que ya no se tendría que ser contractivo, lo que está previsto para el 2023″, señaló Perea.
Agregó que con una inflación que cede y con un crecimiento bajo de entre 2% y 2.5%, como estimado de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) para el 2023, el BCR podría bajar la tasa de referencia en 25 y 50 puntos básicos a lo largo del siguiente año. No obstante, también hay un factor atenuante que es el aumento de tasas por parte de la Reserva Federal (Fed).
Perea mencionó que una reducción de tasas no sería efectiva en el 2022, debido a que el alza de precios de commodities como los combustibles y el trigo no se está revirtiendo, lo que tiene incidencia importante en la canasta de consumo.
“La recuperación global, una mala campaña agrícola, además de la guerra de Rusia mantienen los precios altos, y este sería un efecto persistente por varios meses, por ejemplo, la siguiente campaña agrícola ya habría sido comprometida por la falta de fertilizantes. En ese sentido, se estima que la inflación se ubique en 5.5% en el presente año, aunque esta proyección tendría un sesgo al alza que podría traducirse en 50 o 75 puntos básicos más”, anotó.
Mario Guerrero, subgerente de Economía del Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank, mencionó que es poco probable que la tasa de referencia baje este año, y se esperaría a que esto suceda a fines del 2023, en línea con una mayor garantía del retorno efectivo de las expectativas de inflación al rango meta.
Dijo que esto se explicaría debido a que los factores que motivan la inflación no son de corto plazo, como lo que pasó en el 2008-2009, la crisis financiera subprime.
“Se está esperando un aumento de 50 puntos básicos en la próxima reunión del jueves 17 de junio, y luego uno de 25 puntos en la de julio. A partir de ahí, el BCR podría tomar una pausa, esperando una menor velocidad de la inflación y una moderación de las expectativas sobre esta”, indicó.
Agregó que espera que la inflación retorne al rango meta recién en el 2024, y que el 2023 cierre en 4%. “Este choque no solo contempla el precio de los commodities, sino de los costos de los fletes, fertilizantes y un conjunto de factores que hasta la fecha no tienen una corrección rápida”, apuntó.
Por su parte, Elmer Cuba, economista y socio de Macroconsult, afirmó que es posible que la tasa de referencia baje en la última parte del presente año, para no representar un factor contractivo para la economía. Esto se daría luego de dos aumentos en 50 puntos básicos en la tasa de referencia para ubicarse en 6%.
“La presión en el precio de granos e hidrocarburos ya llevó la inflación a 8%, y el BCR ya reaccionó, aunque se esperan un par de aumentos más. Hay dos meses (junio y julio) más de aumentos, y luego habrá una pausa. Inclusive, si en diciembre de este año la inflación esperada para los próximos doce meses comienza a ceder, el BCR podría bajar la tasa, y no sería extraño pues 6% es una posición contractiva”, anotó.
¿Es contractiva la tasa de 5%?
Perea indicó que la tasa de política monetaria neutral que tiene el BCR es de 1.5%, y que hoy, sin embargo, esta se ubica en 0.4% (si se descuenta el 4.6% de las expectativas de inflación a la tasa de política monetaria de 5%). Es decir, por ahora no se está en una posición contractiva.
En el mismo sentido, Guerrero mencionó que la posición actual de política monetaria es menos expansiva, pero sigue siéndolo. “El BCR evitaría que se llegue a una tasa de interés real por encima de 1.5% (que haya una posición contractiva)”, agregó.