Comprar drogas, pistolas o un software para secuestrar datos de víctimas de fraudes es más “fácil y anónimo” que nunca gracias a las criptomonedas, que también son populares para “financiar actividades terroristas” y como “servicio de blanqueo de dinero” ilícito obtenido en el mundo del narcotráfico.
Borja Pastor, miembro del departamento de Delitos Económicos en Europol, subraya que esta agencia de coordinación policial en la Unión Europea (UE) ha detectado que “el tráfico de drogas, los fraudes, los secuestros de datos, la extorsión y la compra de bienes y servicios ilícitos en la web oscura usan habitualmente las monedas virtuales como método de pago”.
Con todo paralizado por la pandemia, crecen los crímenes en el mundo virtual y estos involucran el uso de monedas digitales a las que seguir el rastro que es el principal reto de las autoridades: los delitos se producen en la web oscura y las criptomonedas se usan para hacer pagos e intercambiar dinero en efectivo facilitando el lavado de dinero.
Pastor define dos tipos de criminales, según los procedimientos que siguen: la organización delictiva clásica que utiliza criptomonedas como “modus operandi” para blanquear fondos obtenidos en negro, y los grupos criminales que ofrecen el blanqueo como servicio, lo cual es un delito en sí mismo. “El blanqueo está en los genes de la criminalidad”, recuerda.
Narcotráfico y terrorismo
Dos de los sectores delictivos que han descubierto las ventajas de las monedas virtuales son el terrorismo y el narcotráfico, aunque ambos difieren en el uso que le dan.
Los extremistas las utilizan para “financiar sus actividades y su estructura en línea haciendo incluso campañas para reunir activos” en la red.
“Utilizan criptomonedas porque son anónimas y fáciles de transferir de un país a otro en un escenario internacional. Moverlas es muy rápido, lleva unos segundos. Hay grupos que han hecho campañas en las que ofrecen carteras de criptomonedas para que sus seguidores transfieran monedas virtuales para financiar movimientos y actividades terroristas, luego ellos usan ese dinero para lo que quieran”, detalla Pastor.
Mientras los extremistas usan estas monedas para obtener fondos, los narcotraficantes las aprovechan para mover su dinero de un país a otro sin ser detectados. “Cuando tienen que mover ‘cash’ en negro de Europa a Colombia, por ejemplo, usan los mismos proveedores para intercambiar el efectivo por criptomonedas y cuando el valor está en criptomonedas, las transfieren al país que quieren”, añade.
Servicio de blanqueo de dinero
Para Europol, las organizaciones que se están especializando en usar criptomonedas para ayudar, a cambio de dinero, a otros criminales a deshacerse de sus ingresos en efectivo y convertirlos en una moneda virtual a la que es difícil seguir el rastro, y donde nadie pregunta por la fuente de ingresos, es un tema cada vez más preocupante.
“Para nosotros este es un tema muy importante y nos gustaría subrayar mucho este aspecto porque hay muchas organizaciones criminales ofreciendo servicios de blanqueo de dinero a través de criptomonedas, un intercambio de dinero en ‘cash’ por monedas virtuales, o al revés”, advierte Pastor.
Los bitcoins son la moneda más popular y la que usa Europol como referencia en este tipo de criminalidad. En marzo del año pasado, cuando se declaró la pandemia, el valor de esta criptomoneda se disparó en plena paralización de las economías mundiales.
Este experto reconoce que la pandemia “ha tenido un impacto en ese momento en el valor de los bitcoins, como en todo tipo de activos, su valor ha crecido drásticamente”, pero no está claro cuál fue la causa real de que, después de esa primera ola, el precio de esta moneda virtual siguiera disparándose.
“No está claro si eso es un impacto directo de la pandemia, o (se han puesto más de moda) porque los criminales son ahora más conscientes del uso y las ventajas que ofrecen a sus negocios criminales”, precisa.
Formación y leyes
Combatir el problema tiene movilizadas a autoridades policiales y judiciales, unidades de inteligencia financiera, organizaciones internacionales y el sector privado en la UE.
“Los activos virtuales están regulados con la directiva antiblanqueo y creo que tenemos una regulación fuerte en cuanto a las criptomonedas. Los proveedores de todo tipo de servicios de activos virtuales están obligados a seguir la ley” comunitaria, asegura.
Pero reconoce que “hay una brecha que mejorar y en la que trabajar: las criptomonedas, como las nuevas tecnologías, evolucionan rápido, cambian cada día, y necesitamos adaptar métodos y marcos legales” y “si solo hacemos un seguimiento de esto dentro de la UE, sin que se movilice el resto del mundo, será difícil luchar” contra este fenómeno.
“Es cuestión de armonizar marcos legales para frenar este tipo de criminalidad”, sentencia, en una tarea que busca, sobre todo, identificar a todas las partes involucradas en una transacción virtual, desde el origen y el destino, hasta la cantidad de dinero que se mueve, para seguir el rastro a los delitos financieros facilitados por las monedas virtuales.
Estas monedas virtuales no solo traen problemas, dice Pastor, que se declara ferviente defensor de las criptomonedas. “Son como el oro, un activo, y son importantes para la gente que, por ejemplo, vive en sitios donde no hay instituciones financieras, hay quien envía dinero a sus familias de esta manera. Tienen muchas ventajas, pero hay que regularlas”.