“Escribir una novela es como tener un trabajo aparte”, afirma Sergio Borasino, ejecutivo con más de 12 años de experiencia liderando departamentos de recursos humanos para compañías multinacionales.
Borasino acaba de lanzar su primera novela, “Luna roja en Barcelona”, una meta que tenía desde sus días como estudiante en la Universidad del Pacífico. “Incluso cuando estudiaba Administración de Empresas me gustaba publicar en el boletín bajo un seudónimo y ver cómo otros alumnos pasaban y comentaban”, recuerda.
El experto en headhunting, quien ahora residen en Barcelona, también ha publicado un libro titulado “Cafeína para tu carrera”, un manual técnico para acelerar el ascenso de ejecutivos; además de columnas en este diario. Sin embargo, escribir un texto de ese tipo es totalmente distinto a emprender el proyecto de una novela.
Requisitos y beneficios
“Son mundos diferentes que requieren distintas habilidades y esfuerzo”, dice. Para el género de desarrollo personal se necesitan argumentos lógico-racionales, explicar de una manera muy precisa y tener una estructura clara, pero para una obra de ficción es clave “explorar el lado emocional, expresar ideas de forma armónica y provocativa y ayudarte de música, películas y todo lo que sea reconocible para el lector”, explica Borasino.
Asimismo, el escritor señala que la escritura de ficción ha ayudado a su lado profesional y que, de esa forma, podría contribuir a los líderes empresariales. Para Borasino, se trata de un ejercicio emocional, que permite desarrollar habilidades blandas, muy necesarias para que los líderes gestionen con éxito las relaciones con sus stakeholders.
Persistencia
Borasino ya trabaja en una nueva novela y en un libro de relatos. Para estos, tanto como para “Luna roja en Barcelona”, el escritor se impuso un horario de ocho horas al día durante cuatro meses. “Escribir una novela comienza, sin embargo, mucho antes y puede ser un proceso más largo, con muchas lecturas y pensando en qué va a consistir lo que vas a escribir”, matiza.
Una vez avanzado eso, hay que establecer un horario y ser disciplinado en cumplirlo. “No es solo sentarse y teclear”, precisa. En su caso, comenzó a escribir como una forma de reemplazar las sesiones de psicoanálisis que tuvo por ocho años.
Argumento
“Luna roja en Barcelona” es la historia de una millonaria, un ex ministro y un niño rico que coinciden en una sesión de ayahuasca en Barcelona. “Como escritor novel, si quería tener un público, tenía que abordar un tema controversial”, admite Borasino. “El ayahuasca es un recurso que es usado por muchos ejecutivos en Barcelona y podría ser de utilidad para muchos, pero lo hacen con discreción pensando que podría afectar su imagen”, comenta.