(Bloomberg) Estos millennials que viven en sus sótanos están de vuelta haciendo de las suyas.

El 2014, los estadounidenses de entre 18 y 34 años tenían un poco más de probabilidades de estar viviendo en la casa de sus padres que con sus esposos o parejas en una casa propia, según un análisis del Pew Research Center de la Oficina del Censo de los Estados Unidos. Es la primera vez que esto ocurre en la época moderna.

Los hombres jóvenes han tenido durante largo tiempo más posibilidades de estar compartiendo casa con su papá y/o mamá que sus contrapartes femeninas. La cantidad de estos que viven en casa de sus padres ha sobrepasado recientemente la cantidad de aquellos que comparten vivienda con sus parejas en sus casas propias en 2009, pero para 2014 este fenómeno no se había dado en el caso de las mujeres jóvenes.

Aun así, la proporción de tanto hombres como mujeres de entre 18 y 34 años que viven en casa de sus padres es alta --35 por ciento de los hombres y 29 por ciento de las mujeres-- y ha crecido en los últimos años, mientras que las cifras de aquellos que residen con sus parejas ha caído abruptamente.

Una historia similar sucede cuando se analizan los datos por nivel educacional. Los adultos jóvenes sin grados académicos tienen más probabilidades de estar viviendo en casa de sus padres, y esto se volvió más recurrente que vivir con sus parejas en 2008.

Por grupo étnico, el vivir con los padres sobrepasó al vivir en pareja --ya sean casados o no-- en 1980 para jóvenes afroamericanos, en 2007 para jóvenes de pueblos originarios y en 2011 para jóvenes latinoamericanos. Los jóvenes blancos y asiáticos o de islas del Pacífico tenían todavía mayores probabilidades de estar viviendo en pareja en 2014.

"Las tendencias en las condiciones de vida de grupos específicos de adultos jóvenes indican que la transición está siendo dirigido por las experiencias de adultos jóvenes en desventaja económica, específicamente, adultos jóvenes con menos educación y miembros de algunas minorías raciales y étnicas", indicó el informe.

¿Qué está detrás de éstas tendencias --el aumento de adultos jóvenes que viven con sus padres y la baja de aquellos que viven con sus parejas?

El aumento en el promedio de edad de un primer matrimonio tanto para hombres como para mujeres juega un rol importante. Otro factor posible, y relacionado, es la caída durante varias décadas de tanto la cantidad de hombres jóvenes con empleo como el nivel de sus salarios. El panorama es menos claro en el caso de las mujeres, quienes han visto sus perspectivas futuras aumentar, pero es probable que esos hombres jóvenes con problemas no sean las parejas más atractivas.

Jed Kolko, catedrático investigador del Terner Center for Housing Innovation de la Universidad de California en Berkeley (y quien asesora también a Bloomberg Beta), también ha echado un vistazo a los datos sobre jóvenes estadounidenses que viven con sus padres en la última década. Aunque los datos en el reciente informe hablan sólo del 2014, tanto Kolko como Richard Fry, autor del informe, observaron que la cantidad de adultos jóvenes que viven con sus padres no se ha reducido recientemente. Kolko sí notó que "el aumento de los precios de los alquileres desde que empezó la recesión ha hecho que sea más difícil para algunos jóvenes mudarse de la casa de sus padres".

Los millennials y sus padres también podrían estar más tranquilos con el hecho de vivir juntos. Jeffrey Jensen Arnett, un profesor investigador de psicología en Clark University que estudia "la adultez emergente", dice que durante sus 20 años de investigación, él ha visto una "creciente aprobación del hecho de que ahora toma más tiempo madurar que antes", agregando que hoy en día el estigma vinculado a permanecer en casa de los padres es menor.