La película “Parasite” y la serie “El juego del calamar” (Squid Game) son dos ejemplos de cómo la industria del cine coreano ha cautivado a las audiencias del mundo en los últimos años. Uno se llevó el Óscar a mejor película del año en 2020 y el otro se convirtió el año pasado en el espectáculo de Netflix más visto en 94 países en su punto máximo.
A partir de ellos, otras producciones surcoreanas, como “Hellbound”, “The Silent Sea”, han llegado a las pantallas con similar recepción. Entre el 2016 y el 2021, Netflix ha lanzado más de 130 títulos coreanos. ¿Qué define el éxito de estos contenidos y por qué resultan tan atrayentes para los millones seguidores de plataforma de streaming? Don Kang, vicepresidente de Contenidos en Corea de Netflix conversó con Gestión sobre el boom coreano.
Una máquina de crear contenidos
Según cifras de Netflix, las horas de visionado global de programas coreanos se multiplicaron por seis el año pasado, en comparación con 2019. Pero no siempre fue así. Antes del boom, cinco años atrás, Kang sostiene que su país solo exportaba comedias románticas y novelas. “Pero Corea tiene una vibrante y fuerte industria del cine y las historias estaban ahí. Lo que hizo Netflix es experimentar con otro tipo de contenidos que ya existían y llevarlos fuera”, comenta el ejecutivo, quien como anécdota cuenta que “Squid Game” es una historia creada hace 12 años. “En ese sentido, ayudó mucho que no dependiéramos de la publicidad, sino solo de nuestros suscriptores”, añade.
Solo el año pasado, Netflix invirtió US$ 450 millones en producción y licenciamiento de nuevos contenidos coreanos. “Produjimos 15 productos originales. Este año, a pesar de que no puedo revelar la cifra, estamos sacando 25 productos originales entre series y películas. Eso más o menos muestra el patrón y el esfuerzo que estamos haciendo”, apunta Kang. Algunas de los estrenos serán “All of Us Are Dead”, “Money Heist: Korea” (una adaptación de la popular serie española) y “Seoul Vibe”.
El proceso
Hacer que una serie o película tenga los niveles de audiencia de Squid Game requiere de muchos factores, según Kang. “Es muy difícil predecir qué funcionará. Todo empieza por la historia misma, la forma que será puesta en la pantalla, el staff alrededor del director, el casting y quién traducirá la narrativa que propone el creador a la audiencia”, enumera el directivo. “Sin embargo, puedes tener el mejor director, guionista y elenco, pero si no hay química en el trabajo que hacen juntos, puede que termines sin el título que querías”, explica.
Kang afirma que los guionistas tienen libertad total para presentar sus historias. “Nuestra apuesta es que nos den contenido auténtico. Nos enfocamos primero en satisfacer a los suscriptores de Corea”, señala.
Asimismo, sostiene que no se trata de adaptar o “internacionalizar” el contenido que les presentan. “Eso hace que se pierda el ritmo de la historia. Muchas veces nos hemos preguntado si debemos hacer el contenido para una audiencia más internacional, pero al final siempre optamos por contar la historia de forma auténtica”, detalla Kang.
Kang revela que personalmente, cuando tiene que aprobar una idea, trata de tener la mente abierta y librarse de estereotipos. “Todas las historias tienen posibilidades. No hay ideas que desechemos a la primera”.