Con la mira puesta en el Grupo Mundial I de la Copa Davis, la delegación peruana de tenis, conformada por Juan Pablo Varillas, Nicolás Álvarez, Sergio Galdós y Brian Panta se prepara, incluso a contracorriente.
Es que el tenis, al igual que otros deportes peruanos diferentes al fútbol, tiene una amplia brecha por cerrar en cuanto a apoyo. “Formar una carrera profesional con entrenador, viajes, preparadores y todo lo requerido en primer nivel puede implicar un presupuesto al año de al menos US$80 mil”, explica Luis Horna, representante de Juan Pablo Varillas. El monto puede superar los US$100 mil dependiendo de las áreas en las que se desee invertir. “Eso es para apuntar hacia un circuito challenger en el cual vas a viajar unas 30 semanas al año”, puntualiza el también extenista.
Auspicios
La búsqueda constante de auspiciadores y sponsors es una escena repetida en el deporte de las raquetas. “Si te va bien el auspiciador puede cubrir una parte del presupuesto importante, pero solo si eres profesional y muestras resultados. Y es posible cubrir todo con auspicios pero eso ya implica tener cierto nombre y reconocimiento”, sostiene Horna.
En la actual equipo peruano que participa en el torneo, “me animaría a decir que el único que tiene auspicios es Juan Pablo, y que todos los demás es por cuenta propia. Aún así, ese par de auspiciadores de Varillas tampoco cubre el presupuesto anual de gastos que tiene”, comenta Horna.
Ganar un partido abre la posibilidad a resonar en los oídos de los patrocinadores. Fue así como el apoyo de Varillas se pudo mantener incluso durante la pandemia. “Se sumó uno nuevo. “A él le ayudó que desde su regreso a las canchas tuvo un buen año. Ha ganado algunos eventos, tuvo presencia en Tokio, está cerca de estar dentro de los top 100 que lo va llevar a jugar los cuadros principales como el Grand Slam y eso motiva a los auspiciadores a confiar en él y mantener el convenio”, sostiene su representante.
Preparación
Los cuatro tenistas arman un calendario de torneos en torno a la Copa Davis para ir mejorando su rendimiento. Sin embargo, recuerda Horna, que este es un deporte en solitario. Por tanto, a pesar de ser un equipo, cada uno tiene que hacerse fuerte por separado. “Uno de los motivos que ha hecho posible ganar tiene que ver con que fuera del juego, en camadería y forma de trabajo se sientan cómodos. Creo que esta vez se nota que se respaldan entre ellos”, agrega Horna.
“La verdad que todo el grupo está muy contento, somos todos muy amigos, esto es algo muy positivo para un equipo de Copa Davis”, manifestó Varillas al portal Andina.
En tanto, su compañero Galdós enfatizó: “Yo nunca dudé de este equipo, iría a la guerra con este equipo, no importa si jugamos de local o de visita, a veces jugamos bien y a veces jugamos mal pero el equipo está para ganarle a cualquiera”.
Esta vez la ilusión se despierta tras la victoria contra Bosnia y Herzegovina. Una vez superado el reto, al equipo le toca pegar algunas cuantas pelotas no solo para cumplir un sueño deportivo, sino para solventar económicamente su pasión.
EN CORTO
Hacia la meta. El proceso para clasificar al grupo mundial es largo. “Tenemos una buena chance y se presenta otra oportunidad en la nueva serie de noviembre. Recién mañana sabremos dónde y contra quién será. Con eso armaremos el plan para quedarnos con la victoria, pero ya estamos posicionados en una zona en la que estamos luchando por el repechaje, que es la última serie en marzo”, explica Horna.