Tras más de 10 días del fallecimiento del expresidente Alberto Fujimori, la empresaria japonesa Satomi Kataoka, quien fue la última esposa del exmandatario, rompió su silencio.
En conversación con “Punto Final”, adelantó que evalúa con su abogado si puede solicitar la pensión vitalicia que recibía su excónyuge o alguna herencia que haya dejado.
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“Todavía estoy discutiéndolo con mi abogado”, respondió la empresaria al dominical a través de una conversación en inglés vía WhatsApp.
Añadió que también contempla venir al Perú para visitar la tumba de Fujimori, ubicada en el cementerio Campo Fe, de Huachipa.
Como se recuerda, Fujimori y Kataoka se conocieron en Tokio (Japón) en el año 2001, luego de que el exmandatario se refugiara en dicho país tras renunciar a la presidencia a través de un Fax. Hasta la partida del expresidente a Chile, en donde estuvo preso a pedido del Perú, vivieron juntos.
Ambos se casaron en abril del año 2006 bajo la ley japonesa, que no requiere de la presencia física de los novios.
Consultados por Punto Final, expertos coincidieron en señalar que si Kataoka decidiera reclamar el beneficio que le otorgaba el Congreso a su exesposo, esta deberá homologar en Perú su matrimonio registrado en Tokio.
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Lamentan deceso de exmandatario
En otro momento, la empresaria japonesa recalcó que la última vez que tuvo contacto con Fujimori fue hace cuatro meses a través de una videollamada y que dialogaron sobre las enfermedades que ambos tenían. Ella aseguró que se enteró de la muerte del exmandatario por intermedio de su hijo Shinnosuke, quien el día del deceso la llamó de urgencia.
Añadió que no fue capaz de hablar con el expresidente por mucho tiempo, incluso cuando estuvo en prisión; sin embargo, consideró que su relación “nunca se volvió fría” y que se mantuvieron “conectados”.
“Era más como un camarada y una presencia cálida, como un buen padre, más que una pareja romántica. Lo extraño mucho”, dijo al dominical.
En tanto, Shinnosuke Kataoka, quien visitó una vez al expresidente cuando se encontraba en el penal de Barbadillo, también dijo sentirse dolido por su deceso y anunció que viajaría a Lima para visitar su tumba.
“Estoy muy apenado por no haber podido asistir al funeral a tiempo. Realmente lo extraño mucho, y me gustaría ir a Perú este año o el próximo para visitar su tumba”, sostuvo.
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