El presidente del directorio de Petroperú, Alejandro Narváez, reconoce que operan sin traer ganancias: para este año estiman una pérdida neta de US$ 960 millones, en un escenario donde la petrolera ha venido “de más a menos” —según declaraciones brindadas a los medios—. Aún con los males que aquejan a la primera empresa del Estado, dentro de sus lineamientos buscan elevar su participación del 28% al 38% en el mercado de combustibles para 2025. De acuerdo con especialistas consultados por Gestión, este plan hipotecará el futuro de Petroperú y agudizará su complicado presente.
Hace 20 años la cuota de Petroperú en el mercado superaba el 50%. Gran parte de la otra mitad la ocupaba Repsol y con una tajada ínfima, completaban la torta las importadoras. Con la pandemia del coronavirus, firmas como Valero o Exxon Mobil ganaron terreno y ahora copan cerca del 50%: Petroperú retrocedió al 25% y Repsol, al 35%.
César Gutiérrez, expresidente de Petroperú, explica que las “importadoras netas” expandieron su participación en el mercado al contar con estrategias mejor planificadas y ofertas; mientras que la estatal se estancó por una serie de “malas decisiones”. “Y como comercializador requiere de más capital de trabajo para importar la demanda de diésel que tiene que cubrir. Nadie le dará líneas de crédito adicionales. La banca privada no lo hará hasta que se vea su recuperación (financiera)”, añadió.
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Se sacrificarán ganancias: no alcanza con la nueva Refinería de Talara
La nueva Refinería de Talara tiene una meta de producción diaria de 95,000 barriles. Algunos “parones de mantenimiento” —comenta Gutiérrez— la limitan, como pasa ahora con la Unidad de Flexicoking, con la cual se elevará el valor del crudo producido pero que no opera a su máxima capacidad. “En un escenario bastante positivo, Talara trabajaría al 90%, o sea, con 86 mil barriles diarios y su participación llegaría al 36%. Para hacer eso tendría que sacrificar su margen de refinación: el único incentivo para atraer a un comprador es ofrecerle más descuentos y garantizarle la continuidad del servicio. Y eso asumiendo que ningún comprador dude de la continuidad del servicio de Petroperú, lo cual tampoco es tan cierto”, comentó a Gestión.
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Anthony Laub, experto en temas mineros - energéticos advierte que la única manera de recuperar participación en el mercado es bajando los precios. “Narváez no ha dicho cómo será su estrategia de marketing agresivo para pasar al 38% en corto plazo. ¿Bajará precios? Si es así, se comprometerá el margen de refino y obviamente, se compromete el flujo de caja y se prolonga el plazo esperado de recuperación (de Petroperú) con el margen de refino. Es un escenario bien complicado”, sostuvo para este medio.
Adecan que los márgenes de refino son muy acotados y aún así “se quiere castigar la caja para hipotecar el futuro de Petroperú”. Según Petroperú por barril se obtiene un margen de US$20.
“Considerando que Petroperú acapara el 25% del mercado, que al día produce 250 mil barriles, tenemos una media de 62,500 barriles cautivos. Multiplicamos por US$ 20 y el margen bruto de refino es de US$ 456 millones por el refino, con lo que se tendrá que pagar intereses, deudas, garantías del Estado, a bonistas y el préstamo a la española CESCE. Ojo que ese cálculo a simples cuentas no contempla ningún costo operativo, lo cual no es cierto: de esos US$ 20 en la práctica se obtiene entre 10 o 12 dólares por margen de barril”, explicó Laub.
Vale acotar que Petroperú no está obligado a cancelar sus deudas en lo inmediato —en el caso de CESCE, por ejemplo, tiene un plazo de repago de 10 años—. Laub concluye que con el margen bruto de refino de US$ 456 en 18 años recién se repagaría la deuda total que acarrea a la empresa, la cual asciende a cerca de US$ 8,000 millones, aunque con el margen real de US$ 10 por barril, “hasta se duplicaría el plazo”. Ello podría alargar el círculo vicioso de seguir “pidiendo dinero al papá Estado”.
¿Venta del edificio de San Isidro ayudará a solucionar el problema?
Erick García, exdirector general de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas (Minem), saluda que Narváez haya reconocido que “Petroperú esté en estado crítico” y que “no pedirá más dinero al Estado”, mas considera motivo de preocupación que la reestructuración no traiga decisiones férreas como la venta del edificio principal de San Isidro y la reducción de personal “porque se sabe que hay áreas sobredimensionadas que no generan valor”.
“La reestructuración debe darse por líneas de negocios para que se dé cuenta de la cantidad de técnicos que se requieren por área. Además, ¿qué nos asegura que la auditoría forense no estará atada de manos para fiscalizar a actuales directos como Óscar Vera (actual gerente general y extitular del Minem)?”, alegó.
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Respecto al coloso de Petroperú en Canaval y Moreyra, García recomienda someterlo a un concesionario para que en dicho espacio se construyan edificios modernos que le darían una renta a Petroperú por un determinado periodo. “No planteo una venta del terreno porque es emblemático pero si lo mantienen no se sacará provecho”, soslayó.
Vale añadir que Petroperú cuenta con 29 activos improductivos que estarían listos para la venta, mas el edificio principal de San Isidro no está en dicho listado.
“Un plan muy optimista y desafiante”
Al cortarse las ratios de ganancia para atraer compradores, el plan de la administración Narváez tampoco ha considerado un problema estructural: Petroperú no tiene grifos propios, y por lo tanto, pierde piso frente a los competidores privados. Laub recuerda que las estaciones de servicio “alquilan” la marca Petroperú y les compran a un precio menor, pero no es que Petroperú tenga a disposición toda la cadena de producción.
“Repsol y Primax tienen integrada su cadena desde la importación, refinamiento y venta final. Petroperú no tiene grifos propios, solo abanderados. Es un plan muy optimista, utópico y desafiante”, enfatizó.
Gutiérrez, por su parte, señala que la discusión no gira en torno a la calidad del combustible que produce Petroperú, ya que es similar a la que importa Exxon o Valero o produce La Pampilla; y por el contrario, se avizora un golpe a su recaudación que agrandará “la brecha de falta de dinero”.
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Periodista con más de 5 años de experiencia en la cobertura de coyuntura económica e informes especiales en prensa escrita y digital.