La Conferencia Episcopal Peruana (CEP) exhortó al gobierno y al Congreso a actuar con celeridad y eficacia” ante los conflictos que afectan la minería en el país y derivan en violencia, como el vivido en la sureña región de Arequipa, donde murieron 14 personas en un enfrentamiento entre bandas.
Los obispos del Perú, reunidos en la CEP, reclamaron en un comunicado a la Presidencia del Consejo de Ministros, a los ministerios comprometidos y al Parlamento a actuar “con celeridad y eficacia para abordar esta problemática de manera integral” y “no lamentar más pérdidas de vidas humanas”.
Añadieron que es “preocupante” que estos conflictos entre grupos de mineros artesanales e informales “no hayan sido identificados y atendidos a tiempo” por los organismos gubernamentales y regionales competentes.
Indicaron que, así como no se debe permitir la contaminación de la biodiversidad por parte de la minería, tampoco se debe permitir “la promoción de cualquier forma de violencia”.
En tal sentido, la CEP expresó su “profunda cercanía y solidaridad” con los familiares de los heridos, y el pésame por los fallecidos en los últimos días.
En la víspera, la Fiscalía y la Policía Nacional del Perú (PNP) confirmaron la muerte de 14 personas en el distrito de Atico, en Arequipa, a raíz de un enfrentamiento entre bandas de mineros que se disputaban un territorio para realizar la extracción de oro.
La mitad de los fallecidos fueron ubicados el martes en el fondo de un barranco en una zona conocida como La Cascada y los primeros siete muertos se encontraron el sábado pasado.
La Fiscalía de Arequipa reportó la detención de 31 personas con armas y municiones, además de reconocer la existencia de vídeos y audios con el registro de los enfrentamientos que permitirá al Ministerio Público identificar a los agresores.
Según los medios locales, los enfrentamientos entre los mineros informales estallaron el 2 de junio entre dos bandos de las empresas Atico Calpa y Calpa Renace, en una zona en disputa conocida como Huanaquita.
El ministro del Interior, Dimitri Senmache, viajó este jueves a Atico para reunirse con los pobladores que se dedican a la extracción de oro y abordar el fondo del conflicto.
El Gobierno peruano había solicitado a la Iglesia peruana que participe en la negociación que intenta iniciar en otro conflicto minero, que se ha extendido desde abril pasado en la región Apurímac, entre seis comunidades campesinas y la empresa china MMG que opera la gran mina de cobre Las Bambas.
Sin embargo, el presidente de la CEP, monseñor Miguel Cabrejos, respondió al mandatario Pedro Castillo que le precise el tipo de participación que requiere, dado que la Iglesia católica intervino en una mesa de diálogo en ese mismo conflicto en el 2019.
El obispo peruano añadió que, “si es solo para acompañar un proceso, tiene poco sentido” su participación.
En tal sentido, recordó que si se quiere buscar una solución, la CEP tiene que tener “un rol independiente y presidiendo la mesa de diálogo” que promueve el Ejecutivo con la minera MMG y las seis comunidades campesinas que residen en la zona y han paralizado las operaciones con sus protestas.