El enigma de los quipus, el complejo sistema de cuerdas con nudos y diferentes colores que se usaba en los Andes en tiempos prehispánicos, ha sido sintetizado por el investigador estadounidense Manuel Medrano, para quien el uso de las matemáticas y recursos digitales acerca cada vez más a descifrar sus misterios.
Medrano ha publicado “Quipus. Mil años de historia anudada en los Andes y su futuro digital”, un libro editado en Lima por Planeta en el que ofrece una síntesis histórica y del conocimiento académico actual sobre este sistema que, según sus investigaciones, abarca una serie de “géneros” que sobrepasan al de la mera contabilidad.
El investigador, un licenciado en Matemáticas Aplicadas por la Universidad de Harvard que actualmente es investigador en el Departamento de Antropología Social de la universidad escocesa de St. Andrews, declaró que su libro también busca “tener el espíritu de romper algunos mitos” muy arraigados popularmente.
Una historia milenaria
Tradicionalmente, los quipus han sido considerados un sistema de contabilidad que usaban los Incas y cuyas claves se perdieron con el paso del tiempo, a partir de la conquista española, en el siglo XVI.
En ese sentido, Medrano enfatizó que existen “grandes mitos” que busca enfrentar, entre los que figura que este sistema es “una invención de los Incas”, quienes carecieron de un sistema de escritura “tradicional”.
“Sabemos, gracias a esta gran trayectoria histórica, que es posible que haya quipus pre Wari”, indicó en referencia a otra gran cultura que se desarrolló entre los siglos VII y XIII de nuestra era en el actual territorio de Perú.
El investigador añadió que se habla poco “de la invención o de quién los confeccionó por primera vez” y que, por ese motivo, decidió utilizar la idea “de mil años” de historia “para aclarar y destacar que hablar de los quipus incas es solamente hablar de menos del 15% del período de uso activo del mismo objeto en los Andes”. Otro gran mito, dijo, es que se trató solo de “un sistema de contabilidad”, ante lo cual plantea que hubo “géneros de quipus”, incluidos los que fueron cercanos a un tipo de escritura.
“Para hablar más precisamente sobre qué es un quipu y para qué fines los confeccionaron las poblaciones andinas, necesitamos hablar de muchos géneros más: ¿qué exactamente eran esos géneros?, hay que descubrirlo y hallarlo, pero hablar de múltiples géneros para mí representa un progreso en este ámbito de estudio”, explicó.
En diferentes contextos
En ese sentido, Medrano sostuvo que “es cierto” que los quipus fueron usados “en algunos contextos de contabilidad”, pero añadió que también se hizo “en contextos históricos, demográficos, de calendario”.
Por ese motivo, ha establecido la “idea central” sobre la existencia de “géneros de quipus”, similar a los diferentes estilos y títulos de libros que se encuentran en una biblioteca o una librería moderna.
“No podemos sino imaginar que había quipus dedicados a revisar datos importantes para distintos ámbitos del mundo andino; entonces, una de nuestras tareas centrales es identificar y proponer unos posibles grupos de quipus entre los casi 1,400 que sobreviven en museos y colecciones privadas”, acotó.
Su intención es seguir interpretando los elementos para identificar criterios que permitan distinguir entre un quipu de un ámbito y uno de otro, en una tarea que consideró que debe ser uno “de los problemas centrales” a investigar en los próximos años.
¿Un sistema de escritura?
Para Medrano la palabra escritura “es bien complicada”, ya que su definición depende muchas veces del contexto cultural, por lo que aseguró que mejor sería señalar que “los quipus constituyen una forma de inscripción tridimensional”.
“El problema central es si, desde ese punto, podríamos seguir a definir los quipus como una forma de escritura y, en ese contexto, ese es un debate en curso”, admitió.
Más allá de ello, es optimista ante los avances de las investigaciones, que han permitido “proponer nuevas hipótesis sobre el significado de elementos particulares” de este sistema mediante el uso de técnicas informáticas.
Esta secuencia permite pasar del registro y análisis manual a una evaluación en gran escala que “representa una de las vías más prometedoras” en el futuro de estas investigaciones, sostuvo.
En concordancia con eso, Medrano ha empezado “un gran proyecto” de investigación, que espera desarrollar durante los próximos cinco o seis años, para escribir “una historia global del quipu”, a partir de la revisión de documentos de archivos y museos de diversos países y de fuentes ya publicadas pero poco conocidas.
Sospecha que podrá identificar más detalles del contexto original de excavación de los quipus que “hoy en día en el depósito aparecen con una etiqueta que dice ‘de Perú’ o ‘cerca de Lima’”, con lo que, además, espera seguir contribuyendo “a los esfuerzos de desciframiento” tan ansiados por los especialistas.