Mariella Sánchez, directora ejecutiva de AQUAFONDO
El problema de la escasez de agua es un desafío mundial, y el Perú no es ajeno a ello, a pesar de ser uno de los 20 países más ricos del mundo con este recurso, puesto que de los 33 millones de habitantes que somos, sólo siete u ocho millones tienen acceso a agua potable.
Si hablamos sólo de Lima, 1.5 millones de ciudadanos no cuentan con acceso a agua potable ni alcantarillado, siendo abastecidos a través de camiones cisterna, pagando hasta dos veces más, en comparación con las personas que tienen conexión domiciliaria.
Asimismo, la falta de la adecuada distribución de este recurso agrava la situación alimentaria que se vive, haciendo que el sector agrícola dependa casi exclusivamente de la llegada de las lluvias, las cuales, como consecuencia del cambio climático, presentan mayores retrasos como los del 2022, el cual perjudicó a casi diecisiete regiones del centro sur y norte del país, entre ellas Apurímac, Arequipa, Ayacucho y Puno. Esto se debe a que este recurso se encuentra distribuido de manera heterogénea en el territorio y no se ubica necesariamente en los lugares donde existe una mayor demanda, como la costa peruana, que concentra más del 70% de la población, pero únicamente cuenta con el 1.8% del total de agua que se produce.
Es necesario que todos tomemos un rol protagónico y nos involucremos en soluciones a largo plazo que impacten en la vida de todos los peruanos. Una de las alternativas para tener un panorama más completo del vínculo entre el agua, la energía y la seguridad alimentaria es el enfoque Nexo, perspectiva orientada a alcanzar una economía verde toda vez que se desarrollen acciones conjuntas que aborden la seguridad hídrica, energética y alimentaria; y a su vez, contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): 2 “Hambre cero”, 6 “Agua limpia y saneamiento” y 7 “Energía asequible y no contaminante”.
Por ello, y en el marco del Día Mundial del Agua, que se conmemora este 22 de marzo, hago un llamado a ser conscientes de la importancia de promover la articulación entre diversos actores, tanto desde el sector público, ya sean municipios o gobiernos regionales, como de las empresas privadas, principalmente aquellas que presentan mayor competencia en el adecuado manejo del agua. Solamente de esta manera podremos potenciar acciones de uso eficiente y sostenible de los recursos hídricos, a través de la implementación de proyectos que incorporen el enfoque Nexo.