Coordinadora General Fab Lab de la Universidad ESAN
Durante los últimos años la Innovación Frugal viene despertando interés en diversos contextos debido a su exitosa aplicación en países emergentes. Utilizada como estrategia para generar valor a usuarios locales de una manera simple, asequible y ecológica, busca aplicar recursos, tecnología y conocimientos disponibles para crear productos, procesos y/o servicios con un enfoque humano.
Por sus características, este enfoque se ha extendido en contextos con limitación de recursos y débil desarrollo institucional, de servicios e infraestructura, y se dirigen, en especial, a segmentos de mercado usualmente no atendidos. India y China son dos de los países que resaltan en su aplicación. De hecho, el nombre se derivó inicialmente del término hindú “jugaad” que significa, “hacer lo mejor posible con los recursos que se tienen”, conocido en China como “zizhu chuangxin” o “gambiarra” en Brasil, y que en palabras simples se traduce en la necesidad de aplicar la “recursividad” para generar innovaciones.
MAci, es tan solo uno de los ejemplos nacidos en India, creado por General Electric, un tipo de electrocardiograma dirigido a cubrir específicamente las necesidades de asistencia médica de calidad en un contexto de escasos recursos y limitaciones. De fabricación local y portable, permite registrar de uno a tres canales simultáneos, facilitando la realización de entre 250 y 500 pruebas sin necesidad de recarga. Resiste condiciones adversas, soportando temperaturas muy altas y ambientes con presencia importante de partículas de polvo. El diseño del equipo permite reducir el costo de cada prueba por paciente en un 50% y si comparamos los presupuestos de inversión para su adquisición, el costo de un MAci equivale a un 20% de un electrocardiograma convencional, por ello, su éxito se ha extendido a otros países, incluyendo aquellos con alto desarrollo tecnológico, usándolo en atenciones médicas en zonas remotas y de difícil acceso.
En el Perú, tenemos algunos ejemplos de innovación frugal que han resaltado en el contexto de atención a la pandemia por el COVID-19, como el desarrollo de respiradores artificiales creados por la Marina de Guerra, el desarrollo local de pruebas moleculares a bajo costo que se encuentran en proceso de aprobación, la adaptación de diseños de protectores faciales, válvulas para nuevos sistemas respiratorios de atención intermedia. En todas estas iniciativas de carácter innovador resaltan la reconversión de procesos y redistribución de recursos, uso de materiales fabricados y disponibles localmente, adaptando y contextualizando diseños y tecnologías existentes. Se trabaja colaborativamente, con pruebas de campo continuas, mostrando flexibilidad y rápida adaptación a las necesidades del mercado para entregar valor a diversos usuarios y a la sociedad en esta “nueva normalidad”.