
El BCR estima que este año cerrará con un crecimiento del PBI de 3.3%, una inflación de 1.8%, mayores exportaciones e importaciones de bienes y servicios por 4.1% y 11.8%, respectivamente (todas variaciones respecto del 2024) y un déficit fiscal equivalente a 2.2% del PBI (el año pasado fue 3.4% del PBI). Estos datos –y muchísimos más– forman parte del reciente Reporte de Inflación (RI), que el BCR publica a fines de cada trimestre. Se trata de cálculos elaborados con la seriedad que caracteriza a la autoridad monetaria.
LEA TAMBIÉN: El péndulo: ¿Funcionará en las elecciones de Perú como en Chile, Argentina o Ecuador?
En el caso del PBI, la estimación del BCR es menor que la proyección del MEF (3.5%), que sirvió de base para la elaboración del Presupuesto Público del 2026, aunque el déficit fiscal que espera el BCR resultará ser la meta que el MEF se planteó en abril. Lamentablemente, será a costa de la inversión pública, que el 2024 aumentó 14.7%, pero este año lo hará en 5.5%. Es que la solución que encontró el MEF al incesante incremento del gasto rígido (como sueldos estatales), es recortar el gasto de capital, pese a que tiene un efecto multiplicador más amplio. El “ajuste” que el MEF anunció a inicios de noviembre para las entidades del Ejecutivo, equivalente a 0.1% del PBI, habría servido para que se llegue a la meta “con las justas”.
LEA TAMBIÉN: Perú 2026: estabilidad macroeconómica y crisis institucional
El principal responsable de este desborde del gasto corriente es el Congreso. El actual ha aprobado (hasta fines de octubre), menos que 229 leyes con impacto fiscal adverso –que significan mayores gastos o menores ingresos para el Estado–. Al respecto, el presidente del BCR, Julio Velarde, exhortó durante la presentación del RI, a que exista conciencia en los políticos de la relevancia de la responsabilidad fiscal y recordó que las medidas legislativas ya han afectado el gasto y, en consecuencia, han puesto en peligro la estabilidad económica del país. Es penoso saber que las palabras de Velarde caerán en saco roto. Los congresistas ahora están interesados en gozar al máximo las fiestas de fin de año.
LEA TAMBIÉN: 2025: ¿Otro año perdido en materia laboral?
En lugar del gasto público, el principal aporte al crecimiento de la economía nacional provino del sector privado, que elevó su gasto en construcción, comercio y servicios. Una muestra es la recuperación del crédito a dicho sector, que el año pasado apenas creció 0.4%, pero este año lo hizo en 6.5%. También ayudaron la minería y las condiciones climáticas favorables para el agro y la pesca. La baja inflación fue un factor tranquilizante, pues la estabilidad de precios es otro factor que impulsa el crecimiento. A pesar de los políticos, la economía peruana siguió resistiendo.






