Editorial de Gestión. Será necesario un arduo trabajo a nivel internacional para cambiar la imagen que se ha creado del país en los últimos meses. (Foto: Richard Hirano)
Editorial de Gestión. Será necesario un arduo trabajo a nivel internacional para cambiar la imagen que se ha creado del país en los últimos meses. (Foto: Richard Hirano)

TURISMO. Después de la difícil situación en la que los colocó la , el sector empezaba a recuperarse: primero con el turismo interno y hacia el segundo semestre del 2022 con el incremento de turistas extranjeros. Sin embargo, la crisis política en la que está sumido el país desde diciembre del año pasado ha significado un duro golpe para este sector, al punto que el presidente de la Sociedad Hoteles del Perú, Ricardo Bracale, sostiene, en esta edición, que es necesario que se pacifique el país antes de aplicar un plan de recuperación para su sector.

Las cifras hablan por sí solas si se quiere ver el impacto generado: la cancelación de reservas costaría US$ 1,000 millones al sector turismo, este año abrirán solo tres de los once hoteles de marcas internacionales previstos en Lima y la ocupación ha bajado a 20%, aunque en las zonas de mayor convulsión —como Cuzco o Puno— están en cero. Además, quienes pierden no son únicamente los hospedajes y restaurantes, sino todos los que les proveen de productos y servicios: desde tour operadores, guías y taxistas hasta agricultores, procesadores de fibra de alpaca, artesanos, etc. Y habría que considerar que el grueso de estos proveedores son pequeños y microempresarios, cuya capacidad económica y financiera para soportar estas alteraciones es muy frágil (Gestión 12.01.2023).

A pesar de ello, desde el sector privado, todos los gremios relacionados al turismo ya están trabajando un plan de recuperación, una actitud que no se ve en el sector público. Tal como dijimos desde estas líneas, existe una paralización de la visión a futuro que debería tener un Gobierno de transición como el de Dina Boluarte y no se trata de concebir planes de desarrollo programáticos, porque ya existen incluso para reactivar el turismo (Gestión 07.02.2023).

Sin embargo, ni el ministro de Comercio Exterior ni el viceministro de Turismo parecen interesados en conversar con los afectados y establecer las líneas de acción que deben tomarse. No basta con crear bonos, será necesario un arduo trabajo a nivel internacional para cambiar la imagen que se ha creado del país en los últimos meses, una campaña que debe manejarse tanto de Gobierno a Gobierno como dirigidas directamente a los potenciales visitantes. Dado que esta labor no se realiza de la noche a la mañana, ya tendrían que estar trabajando en ello. ¿Dónde está el Mincetur?