Editorial de Gestión. Ha mencionado la necesidad de realizar algunas reformas constitucionales, aunque no ha señalado cuáles serían. FOTO: AFP
Editorial de Gestión. Ha mencionado la necesidad de realizar algunas reformas constitucionales, aunque no ha señalado cuáles serían. FOTO: AFP

MESA DIRECTIVA. José Williams Zapata, congresista de Avanza País, logró, en segunda vuelta, los votos necesarios para hacerse con la presidencia de la Mesa Directiva del Congreso. Al asumir el cargo, dijo que él y los parlamentarios tenían “la responsabilidad de mejorar la imagen del Congreso, y esa debe ser una tarea y compromiso de todos. (...) Es la suma de necesidades: recuperar la credibilidad y la confianza de la población”. Sin embargo, esta afirmación no se condice con el saludo que dio al inicio de su discurso a la congresista Lady Camones, pues ella no dejó el cargo por su voluntad, sino que fue censurada al haber tenido un comportamiento antiético y que está siendo investigado por la Fiscalía.

Asimismo, Williams sostuvo que la lucha contra la corrupción, venga de donde venga, será su compromiso. Habrá que ver en los hechos si esta declaración se aplica sin restricciones. Y si la defensa de la institucionalidad del Congreso no se confunde con una defensa cerrada a los legisladores.

Sin embargo, otras lecciones podrían aprenderse de esta elección, y es que si bien el nuevo presidente consiguió 67 votos, está claro que lograr una oposición unida será muy complicado; no se logró una única candidatura y los votos apenas superan la mayoría. Si bien el número de votos permitiría creer que pueden buscarse algunos consensos, conseguir votos de mayoría calificada será muy complejo.

Como parte de la agenda pendiente, el titular del Congreso ha señalado la elección del nuevo Defensor del Pueblo y la aprobación rigurosa del proyecto de presupuesto y los proyectos con incidencia presupuestaria. Pero también ha mencionado la necesidad de realizar algunas reformas constitucionales siguiendo el procedimiento establecido en la propia Carta Magna, aunque no ha señalado de manera detallada cuáles serían esos cambios. Pero esta última aspiración en la práctica no pasará de buenos deseos. Estos cambios requieren una votación calificada, lo que significará un trabajo consensuado, algo que hasta el momento no se ha visto en el Poder Legislativo.

Son varios los retos que tendrá que asumir Williams como presidente del Congreso, tanto políticos a través de su relación con el Ejecutivo y su labor fiscalizadora, como en el campo legislativo, donde los esfuerzos tendrían que centrarse en evitar las normas populistas, tanto del Gobierno como del propio Parlamento. ¿Podrá lograrlo?