Contralor General de la República
El presupuesto público es la herramienta por la que podemos saber de cuánto dinero dispone el Estado para atender las necesidades de los ciudadanos, conocer cuáles son sus ingresos reales y cómo enfrentar las obligaciones dentro y fuera del país.
Por su trascendencia, lo aprueba el Congreso de la República a través de una ley y lo ejecutan los responsables del gobierno nacional, regional y local.
Sin embargo, el presupuesto aprobado por ley es muchas veces modificado por mecanismos normativos de menor rango, generando que al final termine ejecutándose algo distinto de lo aprobado inicialmente.
Si la diferencia entre lo presupuestado y lo ejecutado es significativa entonces hay problemas en las capacidades de planeamiento, programación y ejecución del gasto público, que en última instancia se van a traducir en menos provisión de bienes, servicios y obras para la población. Esto afecta el desempeño fiscal y, por consiguiente, la credibilidad del presupuesto.
En el año fiscal 2020, a nivel del gobierno nacional donde operan 154 pliegos presupuestarios y 368 unidades ejecutoras, se hicieron 122,000 modificaciones presupuestarias, por más de S/ 172,000 millones, es decir, el equivalente al 164% del presupuesto originalmente aprobado.
En el caso de los 26 gobiernos regionales y sus 553 unidades ejecutoras, la cantidad ascendió a 109 mil por casi S/ 28,000 millones, equivalente a 89% del presupuesto originalmente aprobado.
Y en el caso de los 1,874 gobiernos locales, las cifras son 474,000 modificaciones por S/ 44,930 millones, equivalentes al 220% del presupuesto originalmente aprobado. Esto significa que en promedio en el Estado una unidad ejecutora hace una modificación a su presupuesto cada día laborable del año. ¡Se pueden imaginar!
Si bien se trató del primer año de la pandemia por el COVID-19, situación no prevista cuando se aprobó el presupuesto público para ese año, la pandemia no alcanza para explicar tanto cambio e improvisación. Si hacemos este mismo ejercicio para el presupuesto del 2019, la situación no es diferente.
Si solo consideramos al gobierno nacional, en el presupuesto del sector público 2019 se hicieron 152,211 modificaciones presupuestarias por más de S/ 86,000 millones, el equivalentes al 87% del presupuesto originalmente aprobado. Es decir, casi otro presupuesto. En el del 2018 se hicieron 120,633 modificaciones y en el de 2017 fueron 123,270 cambios.
Si queremos mejorar la capacidad de ejecución de la inversión pública y evitar que el Estado siga siendo incapaz de ejecutar más de dos terceras partes del presupuesto y concrete los gastos e inversiones para los que originalmente se aprobó, con pocas desviaciones coyunturales, se requiere ordenar la programación presupuestaria y limitar la amplia capacidad que se tiene de hacer esos cambios presupuestarios.
Mejorar esta situación es tarea del Congreso de la República que ahora discute la Ley de Presupuesto para el Año 2022. Tenemos que asegurar que las obras en ejecución no se detengan por falta de presupuesto.