Por Adriana de la Piedra, abogada asociada del Estudio Muñiz
Todos los sectores de la industria, unos más que otros, se han visto directa o indirectamente afectados por lo que está sucediendo no solo en nuestro país, sino en el mundo. Uno de estos sectores es el sector inmobiliario. El año 2019 fue un año de mejoras, especialmente para la venta de proyectos de vivienda social, lo cual trajo como consecuencia un incremento en el sector construcción. Para el 2020 Capeco (Cámara Peruana de la Construcción) estimaba una demanda de 20000 viviendas nuevas en Lima metropolitana, lo cual representaba un incremento del 11% con relación al año 2019.
El aislamiento social obligatorio tuvo fuertes consecuencias en la construcción, ya que todas las obras fueron paralizadas. Esto no solamente ha generado pérdidas de empleo, sino también pérdidas de venta y posibles aplicaciones de penalidad en el caso de retraso de obras. Estamos frente a un “nuevo” escenario, por lo que cada relación contractual deberá analizarse de manera independiente y las partes deberán llegar al mejor acuerdo, priorizando siempre la buena fe contractual.
El Decreto Supremo 080-2020-PCM finalmente dio un respiro al congelamiento de las actividades inmobiliarias, específicamente las de construcción. Dentro de la fase 1 se encuentran habilitadas, entre otros, los proyectos de construcción priorizados, así como obras de saneamiento. Surgieron muchas dudas cuando salió esta norma: ¿cómo se pueden continuar los proyectos seleccionados en la fase 1 si no puedo presentar solicitudes al ministerio?, ¿de qué me sirve seguir construyendo si no puedo vender?
El miércoles 13 de mayo el Ministerio de Vivienda puso en marcha una plataforma virtual mediante la cual se pueden ingresar expedientes para reiniciar obras permitidas en la fase 1. Así como muchos otros sectores se han reinventado para salir adelante, el Estado se está reinventando para agilizar sus procesos y hacerlos accesibles vías online.
De esta manera se pueden ingresar expedientes para reiniciar las obras permitidas y el ministerio tendrá un plazo de 5 días para calificar dichas solicitudes.
Ahora, el reto está en poder vender lo que se construye. En caso no puedan iniciar actividades dentro de las primeras fases deberán apostar por los medios electrónicos para no perder sus ventas ni la llegada a sus posibles compradores. También deberán considerar mayores factores al momento de querer lanzar un nuevo proyecto. Lo esencial va a ser encontrar los distritos donde la construcción de un nuevo proyecto sea exitosa. Para ello hay que evaluar varios aspectos, como el nivel de endeudamiento de las personas, la adversidad al riesgo, distritos con bajo contagio de COVID-19, entre muchas otras variables, con la finalidad de enfocar el mejor proyecto en el lugar perfecto y satisfacer específicamente la necesidad de las personas que pueden endeudarse o comprar un inmueble en estos momentos.
Nuestro Gobierno debería aprovechar el resurgimiento del sector inmobiliario e invertir más recursos en él, pues este genera muchos empleos tanto de manera directa como indirecta. La Asociación de Empresas Inmobiliarias del Perú estima una recuperación del sector inmobiliario dentro de seis a nueve meses, dependiendo de la recuperación a nivel mundial. Apuntemos a ello, seamos ingeniosos y sigamos para adelante.