Científicos de Suecia esperan que una alpaca llamada Tyson pueda aportar elementos claves en el desarrollo de un tratamiento o vacuna contra el coronavirus, que ha provocado la muerte de casi 400,000 personas en todo el mundo.
Después de inmunizar con proteínas del virus a Tyson, alpaca de 12 años que vive en Alemania, el equipo del Karolinska Institutet aisló pequeños anticuerpos -llamados nanoanticuerpos- en su sangre, que se enlazan con la misma parte del virus que los anticuerpos humanos y podrían bloquear la infección.
Los investigadores esperan que puedan ser la base de un tratamiento para el COVID-19 o eventualmente una vacuna en su contra, aunque el trabajo está en etapas iniciales.
“Sabemos que los anticuerpos dirigidos a la misma parte muy, muy precisa del virus son los importantes y eso es lo que hemos diseñado con estos anticuerpos de Tyson”, indicó Gerald McInerney, jefe del equipo de Karolinska.
“En principio, toda la evidencia sugeriría que funcionará muy bien en humanos, pero es un sistema muy complejo”.
Las llamas y otros miembros de la familia de los camélidos -así como los tiburones- son conocidos por producir nanoanticuerpos, que son mucho más pequeños que los anticuerpos producidos por humanos y, por lo tanto, sería más fácil para los científicos trabajar con ellos.
Pero la vacuna aún podría tardar en estar lista. “Ahora pasaremos a estudios ‘in vivo’, quizás con ratones o hámsteres u otros animales que puedan ser utilizados como un modelo para la enfermedad COVID-19, pero el paso siguiente después de eso no podemos anticiparlo”, dijo McInerney.
En cuanto a Tyson, él ya hizo su trabajo. “Tyson tiene 12 años, creo, y podría estar contemplando pronto su jubilación”, comentó McInerney. “Así que seguirá su vida en su granja de Alemania”.