Esta semana se cumplen cien años desde que el italiano Guglielmo Marconi y un grupo de pioneros de las telecomunicaciones fundaron en un apartamento de Londres la BBC, una corporación de medios que evolucionó rápidamente hasta convertirse en uno de los pilares de la cultura británica durante el último siglo.
Nacida como emisora de radio en 1922, poco después de la partición de Irlanda, la cadena contribuyó a promover una identidad común entre las cuatro naciones históricas del Reino Unido -Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte-.
A través de su servicio mundial, un órgano autónomo dentro de la cadena financiado hasta hace pocos años por el Ministerio de Exteriores, la BBC ha sido además la punta de lanza del “soft power” (“poder blando”) con el que el Reino Unido ha cimentado su influencia global.
“La BBC define al Reino Unido, nos otorga una voz. Gracias al poder de la radio, por primera vez se creó la sensación de que todos (los británicos) estaban escuchando al mismo tiempo, todos formaban parte de una comunidad”, describió a Efe el jefe de Historia de la BBC, Robert Seatter.
“En 1939, por primera vez en la historia, un primer ministro pudo salir en la radio y anunciar: ‘Esta nación está en guerra’”, señaló.
Las retransmisiones de momentos históricos como la coronación y la muerte de Isabel II -con 70 años de diferencia-, el papel clave de la cadena durante la Segunda Guerra Mundial, así como célebres series de ficción como “Doctor Who” y “Only Fools and Horses” han marcado la memoria compartida de los británicos.
Orden en el “caos” de los años 20
Los primeros tiempos de la radio estaban marcados por retransmisiones de aficionados que emitían de manera dispersa, sin horarios ni contenidos fijos. La idea de Marconi y sus socios era poner orden a aquel sistema y crear una verdadera industria de la comunicación.
“Se dieron cuenta de que sin contenido, sin programas, la gente no iba a comprar aparatos de radio. Y ahí empezó a fermentar toda aquella creatividad, nuevos programas, nuevas ideas, todo giraba en torno a la exploración y la explotación del formato radio”, sostuvo Seatter.
En 1927, la compañía que había fundado Marconi se convirtió, por recomendación del Parlamento británico, en una corporación pública controlada por un consejo de 12 miembros designados por el monarca del Reino Unido.
Esa centralización de los medios de comunicación se contrapone a la proliferación de cientos de pequeñas cadenas en Estados Unidos a principios del siglo XX, un escenario que desde el lado europeo del Atlántico se percibía como un ejemplo de “caos y anarquía”, en palabras de Marcus Collins, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Loughborough.
El escocés John Reith, primer director general de la corporación, quería agrupar en un solo canal “lo mejor de lo mejor” de la oferta comunicativa, una idea “elitista” y en cierto modo “monopolística” respecto al modelo estadounidense, sostuvo el historiador.
La BBC no sólo evolucionó tecnológicamente, con las primeras retransmisiones de televisión en 1932, sino que avanzó hacia un modelo con mayor peso de las estaciones regionales.
“En un momento en el que el galés se estaba difuminando como lengua cotidiana en Gales, la BBC continuó emitiendo programas en galés. Por supuesto, todavía lo hace, aunque ahora el idioma tiene mejor salud”, afirmó Collins.
Imparcialidad y tensión con los gobiernos
“La imparcialidad es una característica fundamental de la BBC que cobró importancia desde el principio”, señala Seatter. Durante la primera huelga general en la historia del Reino Unido, en 1926, cuando el país se paralizó y ni siquiera se publicaban periódicos, “la BBC dio el paso de llenar ese vacío con información independiente y resistiendo las presiones del Gobierno”, sostuvo el historiador.
Con todo, la línea editorial de la cadena nunca ha sido inmune a críticas y polémicas. “La BBC es una radiotelevisión nacional (pública), pero al mismo tiempo tiene que obligar al Gobierno a rendir cuentas. Siempre hay tensión entre esas dos facetas, en cada década se han producido puntos de conflicto y confrontación. Eso es parte de la esencia de la BBC”, recalca el jefe de Historia de la cadena.
Para Collins, la corporación atraviesa en este momento “uno de sus momentos más difíciles” por su confrontación con los últimos Ejecutivos conservadores.
“El Gobierno es hostil con la BBC porque piensa que la BBC es hostil con el Gobierno”, que ha congelado la tasa que financia la corporación y ha puesto sobre ella “una enorme presión, que le obliga a hacer recortes de todo tipo”, afirmó.