Un nuevo informe de expertos emitido en Viena por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) confirma cientos de casos de crímenes de guerra supuestamente cometidos por Rusia durante su invasión de Ucrania, lanzada el pasado 24 de febrero.
El extenso documento, de 115 páginas y basado en informaciones recabadas sobre el terreno entre el 1 de abril y el 25 de junio pasados, habla de un “claro patrón de serias violaciones del derecho humanitario internacional, atribuibles sobre todo a las fuerzas armadas de Rusia”.
Además, destaca “la magnitud y la frecuencia de los ataques indiscriminados llevados a cabo contra civiles y objetos civiles” y habla de “daños innecesarios y desproporcionados contra civiles”.
Estas agresiones son “prueba creíble” de que las fuerzas armadas rusas llevaron a cabo las hostilidades haciendo “caso omiso de su obligación fundamental de cumplir con los principios básicos de distinción, proporcionalidad y precaución que constituyen la base fundamental del Derecho Internacional Humanitario”, señala.
Los supuestos crímenes de guerra rusos se perpetraron sobre todo en los territorios ucranianos controlados por Rusia, incluidas las llamadas “Repúblicas Populares” de Donetsk y Lugansk.
El informe deja claro que el grueso de los crímenes documentados ha sido perpetrado por fuerzas rusas, si bien admite que también ha habido casos cometidos por la parte ucraniana, principalmente de maltrato de prisioneros de guerra rusos o detenciones de ciudadanos ucranianos considerados “simpatizantes de Rusia”.
Los resultados del informe coinciden con los de un primer reporte que abarcaba el período del 24 de febrero al 1 de abril pasado, según el embajador del Reino Unido ante la OSCE, Neil Bush.
El diplomático británico dijo este jueves, en declaraciones a la prensa en Viena, que el informe relata una “historia de horror en la vida real debido a las acciones del gobierno de Rusia. Este horror es una realidad cada día para la gente en Ucrania”.
“La violación de mujeres y niños, el asesinato de periodistas y los ataques contra hospitales y escuelas, el uso de municiones de racimo, tumbas superficiales, la amenaza del cólera. Esto es una afronta contra la humanidad”, denunció Bush.
El informe fue elaborado de acuerdo al mandato del llamado “Mecanismo de Moscú”, encargado por 45 de los 57 estados partícipes de la OSCE, para que se esclarezcan las acusaciones de violaciones de los derechos humanos y posibles crímenes de guerra.
El objetivo es que los responsables de esos crímenes sean llevados ante la Justicia.
Mientras que para el primer informe no pudieron viajar a Ucrania los miembros del equipo de la OSCE, las tres autoras de esta segunda investigación se desplazaron al país invadido, donde estuvieron entre el 20 y el 23 de junio.
Además, la OSCE estableció líneas seguras en línea para poder recibir informaciones y denuncias de supuestos crímenes de guerra, además de recibir y analizar informaciones de ONG y otros representantes de la sociedad civil.
El informe destaca además la existencia de denominados “campos de filtración”, principalmente en el territorio de las dos repúblicas rebeldes prorrusas en el este de Ucrania.
Por estos centros pasaron decenas de miles de ucranianos, que son revisados allí con métodos humillantes y luego traslados, también en contra de su voluntad, a Rusia, asegura el informe.
“Aquellos que no pasan por el proceso de revisión, suelen ser transferidos a los territorios de las dos Repúblicas Populares y su paradero es desconocido”, señala el documento.
Con la entrega de personas o detenidos a las autoridades de las repúblicas rebeldes, las autoridades rusas evitan tener que asumir sus responsabilidades legales internacionales, señala el informe.
El documento denuncia además que, pese a la explícita prohibición internacional, más de 1.3 millones de civiles ucranianos han sido deportados a Rusia, entre ellos unos 200,000 menores de edad.
La OSCE es un organismo internacional de seguridad, que tiene sus orígenes en el diálogo en la Guerra Fría entre Occidente y el bloque comunista.