El Mobile World Congress (MWC), cita clave para el sector de las nuevas tecnologías, arranca el lunes en Barcelona con una edición que los organizadores esperan muy próxima a las de antes de la pandemia, aunque teñida ahora por la incertidumbre sobre la guerra en Ucrania.
La cita anulada del 2020 y la versión reducida del 2021 han quedado atrás: la 16ª edición del MWC -que se celebrará del 28 de febrero al 3 de marzo- supondrá el regreso a España de “todo el ecosistema” de la telefonía móvil, según prometió la asociación de operadores de telecomunicación (GSMA), organizadora del evento.
Los pabellones del MWC esperan recibir entre 40,000 y 60,000 visitantes, además de 1,500 expositores, que aterrizarán en Barcelona en plena incertidumbre por el conflicto desatado en Ucrania, y que ya ha tenido sus primeras consecuencias sobre el salón.
En un comunicado, los organizadores dijeron condenar “enérgicamente la invasión rusa de Ucrania”, además de cumplir “con todas las sanciones y políticas gubernamentales derivadas de esta situación”. Por ello, “no habrá pabellón ruso en el MWC22″, agregó GSMA.
Este espacio debía acoger a una decena de compañías de este país, que por el momento sí podrán acudir al evento, pero sin disfrutar ya de pabellón propio.
‘Conectividad desatada’
Hace dos años, a pocas semanas de que la pandemia explotara en Europa, el congreso fue anulado a última hora tras el goteo de cancelaciones de grandes firmas del sector.
El año pasado sí que hubo salón, pero en el mes de junio y en un formato híbrido por las restricciones sanitarias: solo 20,000 participantes acudieron a la cita, frente a los casi 100,000 de tiempos normales.
Aunque esta cantidad no se alcanzará este año, el 95% de los ponentes estarán presentes físicamente, según adelantó el director general de GSMA, Mats Granryd, que consideró este retorno a la normalidad como “importante” para la industria de la telefonía móvil.
En las últimas semanas, varios nombres destacados del sector anunciaron, sin embargo, que no acudirán a Barcelona, como el japonés Sony -ya ausente el año pasado-, el taiwanés Asus o el chino Lenovo, que solo participará de forma virtual.
Quienes sí estarán son el líder mundial de los teléfonos inteligentes Samsung u otros actores de peso como Nokia, Ericsson, Google, Cisco, Huawei o Verizon. También habrá empresas como Fujitsu que se estrenarán este año en Barcelona.
Los organizadores esperan a unos mil ponentes, entre los que destacan el jefe de Nokia, Pekka Lundmark, el director general de Vodafone, Nick Read, o la directora ejecutiva de AT&T, Anne Chow. Además, una cincuentena de ministros ha confirmado su presencia.
Bajo el lema “conectividad desatada”, esta edición abordará temas que van desde el auge del 5G a las oportunidades que ofrece el internet de los objetos (IoT), pasando por el metaverso y el impacto de las nuevas tecnologías en el medio ambiente.
No se espera, sin embargo, que los productores más importantes desvelen creaciones nuevas, aunque sí que se presentarán algunas innovaciones sobre todo en el sector de las cámaras y las baterías telefónicas.
Geopolítica
Más allá de los ‘gadgets’, “será interesante ver cómo se posicionan los fabricantes” en el mercado de los teléfonos inteligentes, especialmente frente a las “dificultades de Huawei”, que ha perdido impulso debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos, según indica Thomas Husson, analista en Forrester.
La cuestión de las sanciones impuestas a Moscú tras la invasión de Ucrania será otro de los temas que se seguirán de cerca. Washington ya ha decidido limitar las exportaciones tecnológicas hacia Rusia, lo que podría agregar aún más tensión a un sector ya en dificultades por la escasez de chips.
“Es poco probable que el mercado de los teléfonos inteligentes y de otros productos inteligentes no se vean afectados por el impacto de la crisis en Ucrania, teniendo en cuenta la importancia económica y geográfica de Rusia y Ucrania”, valoró Marina Koytcheva, del gabinete CCS.
Ambos países “son importantes proveedores globales de materias primas utilizadas en la fabricación de componentes”, como el neón y el paladio, recuerda la analista, lo que podría tener consecuencias en las cadenas de suministro y en la producción.
Pese a la ralentización de los últimos años, el mercado de los teléfonos inteligentes creció un 5.7% en el 2021, cuando se vendieron 1,350 millones de aparatos en todo el mundo, según el gabinete IDC. Desde verano, sin embargo, el sector está sufriendo por estos problemas de escasez, que han lastrado sus resultados del cuarto trimestre.