El gobierno de Rusia afirmó que Estados Unidos debe explicar lo que Moscú afirma que fue un programa biológico militar desarrollado en Ucrania, una acusación que Washington rechazó como una desinformación “absurda”.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Maria Zakharova, dijo que las pruebas del supuesto programa fueron descubiertas por Rusia durante lo que llama su operación militar en Ucrania, que sus fuerzas invadieron el 24 de febrero. Según aseguró, se trataba de patógenos mortales como la peste y el ántrax.
Un portavoz de la presidencia ucraniana dijo que Kiev “niega rotundamente cualquier acusación de este tipo”.
En respuesta a anteriores acusaciones rusas sobre el supuesto programa biológico militar en Ucrania, un portavoz del Pentágono dijo el martes: “Esta absurda desinformación rusa es evidentemente falsa”.
Zakharova dijo que Rusia tiene documentos que demuestran que el Ministerio de Sanidad ucraniano ordenó la destrucción de muestras de peste, cólera, ántrax y otros patógenos después del 24 de febrero.
“Ya podemos concluir que en los laboratorios biológicos ucranianos, situados en las proximidades del territorio de nuestro país, se estaba llevando a cabo el desarrollo de componentes de armas biológicas”, afirmó.
No fue posible confirmar de forma independiente la autenticidad de dichos documentos.
Zakharova dijo que el supuesto programa fue financiado por el Pentágono. “No estamos hablando aquí de usos pacíficos ni de objetivos científicos”, indicó.
El gobierno del presidente Joe Biden debe explicar al mundo “oficialmente, no a través de cabezas parlantes” sobre los programas en Ucrania, afirmó, agregando que “exigimos detalles”.
Zakharova manifestó que no está claro si los supuestos materiales fueron destruidos y se preguntó si habían caído en manos de extremistas o nacionalistas.
Rusia lleva varios años haciendo acusaciones sobre la colaboración de Estados Unidos con laboratorios ucranianos para desarrollar armas biológicas, las que aumentaron a raíz de la pandemia de coronavirus. Ambos países han negado de manera sistemática los informes.
Los dos países colaboran desde los años 90 en el marco de un acuerdo internacional para reducir la amenaza de las armas de destrucción masiva tras el fin de la Unión Soviética. Desde el 2005 también colaboran en la prevención de brotes de enfermedades infecciosas, incluyendo la investigación de vacunas.
Además, hay laboratorios de salud pública en Ucrania, como en la mayoría de países del mundo, que investigan enfermedades peligrosas que afectan tanto a los animales como a los seres humanos para comprender mejor cómo mitigar esas amenazas.