Cuba prohibió una marcha opositora prevista para el 15 de noviembre por considerar que sus promotores quieren impulsar un cambio de régimen y algunos tienen vínculos con Washington, según una comunicación oficial.
“Los promotores y sus proyecciones públicas, así como los vínculos de algunos con organizaciones subversivas o agencias financiadas por el gobierno estadounidense, tienen la intención manifiesta de promover un cambio de sistema político en Cuba”, señala la respuesta a un petitorio para realizar esa marcha publicado en el sitio oficial.
La manifestación anunciada “cuyo esquema organizativo se concibe simultáneo para otros territorios del país, constituye una provocación como parte de la estrategia de cambio del régimen” para Cuba, añade la respuesta que destaca el carácter constitucional e “irrevocable” del sistema socialista cubano.
La misma respuesta se dio tanto en La Habana como en las otras seis (de 15) provincias de la isla (Holguín, Cienfuegos, Pinar del Río, Las Tunas, Santa Clara y Guantánamo) donde se había solicitado autorización para una manifestación “contra la violencia” y por el “cambio”.
En La Habana, el dramaturgo Yunior García, organizador de la manifestación en la capital y líder del grupo Archipiélago, lamentó las acusaciones sobre financiamiento de Estados Unidos.
“Siempre cualquier cosa que el cubano haga, van a decir que se le ocurrió a alguien en Washington, es como si no pensáramos, no tenemos cerebro los cubanos”.
“Cualquier cubano sensato quiere cambio para bien, cualquier cubano sensato quiere que en Cuba haya más democracia, que haya más progreso, que haya más libertad, en todos los sentidos”, añadió.
Inicialmente, Archipiélago había convocado a la marcha para el 20 de noviembre, pero el viernes pasado anunció que adelantaría la marcha cívica para el día 15 debido a que el gobierno decidió la semana pasada declarar esa misma jornada el “Día Nacional de la Defensa”.
“No podíamos ser irresponsables, nosotros no queremos violencia, no queremos que los cubanos se enfrenten y no podíamos lanzar a los manifestantes a enfrentarse con un ejército en la calle que podía reaccionar de forma violenta”, indicó García, que explicó que lo “más sensato era adelantar la marcha”.
Preguntado por lo que iba a hacer ahora que la protesta quedó prohibida, García dijo que van “a consultar a los miembros de Archipiélago, vamos a tener una reunión” para decidir el camino a seguir.
El antecedente de la marcha está en las inéditas protestas del pasado 11 y 12 de julio en medio centenar de ciudades cubanas, que dejaron un muerto, decenas de heridos y centenares de detenidos.