Las demoradas negociaciones para cerrar el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur quedaron bajo un pesado manto de incertidumbre, en medio de las protestas de los agricultores en Europa y de la férrea oposición de Francia.
Las recientes reuniones en Brasil de los negociadores de los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y de la UE dieron lugar al optimismo sobre la posibilidad de un acuerdo inminente.
Pero súbitamente la coyuntura europea enfrió el entusiasmo.
“En la actualidad el análisis de la Comisión es que no se dan las condiciones para concluir las negociaciones con el Mercosur”, dijo este martes Eric Mamer, vocero de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, formada por 27 países.
“La Unión Europea continúa persiguiendo su objetivo de alcanzar un acuerdo que respete los objetivos de la UE en términos de sostenibilidad y que respete nuestras sensibilidades, particularmente en el ámbito agrícola”, añadió.
Mamer aseguró que el vicepresidente ejecutivo de la Comisión, Valdis Dombrovskis, sigue dispuesto a viajar a los países del Mercosur cuando haya un acuerdo, “pero a la vista de las últimas reuniones, no es el caso”.
Esta postura del poder ejecutivo europeo se conoció después que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, adelantara que su gobierno, acosado por enormes protestas de agricultores, no apoyará la firma del acuerdo con el Mercosur, formado por potencias exportadoras agrícolas.
El lunes, una fuente de la presidencia francesa llegó a afirmar que la UE había dado instrucciones a sus negociadores de interrumpir las reuniones de Brasil.
En el segundo semestre de 2023, cuando ocupó la presidencia semestral de la UE, España se empeñó en cerrar el acuerdo, pero los esfuerzos no fueron suficientes, en medio de varias marchas y contramarchas.
Sin embargo, las partes confiaban en resolver favorablemente los temas pendientes, al punto que se especulaba en firmar el acuerdo el 15 de febrero o incluso durante la reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) prevista para el 24 de febrero en Abu Dabi.
Presión de los agricultores
La semana pasada los ministros de Relaciones Exteriores de los países del Mercosur firmaron una Declaración Conjunta donde defendieron la firma del acuerdo con la UE lo antes posible.
Sin embargo, el entusiasmo por cerrar una negociación que se arrastra desde hace más de 20 años se estrelló contra la masiva movilización de los agricultores europeos.
Los productores agrícolas exhiben un amplio abanico de reclamos que van desde el costo de la transformación “verde” del sector hasta la competencia desleal, en la que incluyen los productos importados desde Ucrania y el acuerdo con el Mercosur.
Para la eurodiputada socialista española Mónica González, nacida en Argentina y profunda conocedora del Mercosur, será imposible cerrar el acuerdo en la actual legislatura del Parlamento Europeo.
En opinión de González, la UE es “quien más tiene para perder” si se hunde el acuerdo, porque precisa de los productos que los países del Mercosur ofrecen.
“Yo creo que desde la cooperación para el desarrollo hay herramientas para salvar” todo lo negociado hasta ahora, dijo a la AFP.
Este martes, Macron afirmó en Suecia que su gobierno se opone al acuerdo a causa de “reglas que no son homogéneas con las nuestras”.
En Francia los agricultores mantienen el bloqueo de las autopistas de acceso a París y también hay protestas en Alemania, Italia, Rumania, Polonia y Bélgica.
En España, tres sindicatos agrícolas anunciaron el martes que se unen al movimiento, con movilizaciones en las “próximas semanas”.
El acuerdo UE-Mercosur crearía un mercado integrado con casi 800 millones de habitantes.