Las olas de calor extremo siguen azotando el planeta. La decisión de Irán esta semana de declarar un feriado por dos días debido a las altas temperaturas que superan los 50 °C (122 °F) en algunas partes del país es una inquietante evocación a las restricciones promulgadas en todo el mundo para proteger a las personas de la pandemia del Covid-19.
También es una demostración de los elevados riesgos para la salud pública causados por el cambio climático que impondrá costos cada vez más severos en la vida humana y la economía global. La decisión de cerrar oficinas, bancos y la bolsa de valores el miércoles y jueves es probablemente el primer confinamiento nacional en respuesta al calor extremo.
Las autoridades iraníes pidieron a los ciudadanos permanecer en sus casas durante el día a medida que subían las temperaturas, aunque algunas áreas con aire acondicionado, incluidos los centros comerciales, funcionaban con normalidad. Es posible que la medida no tenga precedentes, pero ya ha habido docenas de restricciones localizadas a nivel global durante junio y julio pasados, los meses más calurosos registrados en la historia.
“Si bien es inusual declarar un feriado nacional para proteger a las personas, lamentablemente ya no es inusual que las olas de calor causen grandes trastornos y aumenten las muertes entre los vulnerables”, dijo Pete Baker, miembro de políticas y director asistente de salud global en el Centro para el Desarrollo Global, citado por Bloomberg.
En los últimos meses, algunas escuelas en India, México y Filipinas han enviado a los niños a casa o han alterado los horarios de enseñanza. Grecia cerró temporalmente la Acrópolis el mes pasado e impuso restricciones de trabajo entre el mediodía y las 5 de la tarde cuando los devastadores incendios forzaron la evacuación de cientos de turistas. La ciudad estadounidense de Phoenix, que alcanzó temperaturas de 43 °C (110 °F) durante un récord de 31 días, cerró las rutas para excursiones.
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El mundo podría estar ad-portas de más restricciones de este tipo a medida que el calor se vuelve más intenso cada año. Italia, donde los residentes experimentaron calor de 45 °C y granizo del tamaño de una pelota de tenis el mes pasado, está considerando si debería traer de vuelta las licencias de la era Covid para los trabajadores agrícolas. Un funcionario alemán propone siestas al mediodía al estilo español para los trabajadores.
Para entender la dimensión del problema basta saber que más de 6,500 millones de personas, o el 81% de la población del planeta, estuvieron expuestas al calor atribuido al cambio climático en julio, según un informe publicado el miércoles por Climate Central.
Para fines de esta década, se espera que la pérdida financiera acumulada debido al estrés por calor en todo el mundo alcance los US$ 2.4 billones, según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo. El informe proyectó una disminución de más del 2% en la cantidad de horas de trabajo cada año.
Con la Tierra 1.2 °C más caliente que antes de la Revolución Industrial, 22 de los últimos 23 años han batido récords de calor y los modelos climáticos muestran temperaturas aún más extremas en el futuro a medida que las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando. Eso significa más vidas y medios de subsistencia perdidos a menos que los países actúen rápidamente para dejar de quemar combustibles fósiles y reforzar la infraestructura de salud pública para hacer frente al calor extremo.
Una de las razones de por qué el calor ha sido tan intenso este año es que la corriente en chorro, fuertes y estrechas bandas de vientos del oeste que soplan sobre la superficie del planeta, ha fijado cúpulas masivas (ver gráfico abajo) de alta presión en el oeste de América del Norte, el Mediterráneo y el sur de Asia.
Esto ha concentrado el calor en esas áreas durante semanas sin que nada lo quite. El calor también ha empeorado debido a las altas temperaturas oceánicas récord que están ayudando aún más a cambiar los patrones climáticos y bombear aire húmedo a muchas áreas terrestres.
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Las muertes relacionadas con el calor son difíciles de medir ya que, al igual que con el Covid-19, a veces se pueden atribuir a otras causas subyacentes. En Estados Unidos, los registros de la Oficina de Estadísticas Laborales muestran que más de 400 trabajadores murieron por exposición al calor desde 2011; miles más son hospitalizados cada año.
Un estudio reciente encontró que Europa registró más de 60,000 muertes en exceso en el verano de 2022 debido al estrés por calor. Casi 100 personas murieron en India durante junio como resultado de temperaturas más altas de lo habitual, informó AP, mientras que las agencias de noticias locales dijeron que 15 personas fallecieron durante el fin de semana pasado en el calor sofocante que envolvió a Japón y Corea del Sur.
La Organización Mundial de la Salud dice que incluso las pequeñas desviaciones de las temperaturas promedio estacionales están relacionadas con un aumento de enfermedades y muertes. El calor extremo puede causar calambres, agotamiento por calor, dificultad para respirar, insolación, hipertermia y aumenta la probabilidad de lesiones. Los pacientes pueden empeorar rápidamente a menos que sean atendidos lo antes posible. La humedad empeora las cosas ya que la sudoración, una forma natural para que el cuerpo humano se enfríe, se vuelve menos eficiente.
“Tienes que sudar mucho más y tu corazón tiene que trabajar más para bombear sangre a la piel para enfriar el cuerpo”, dijo George Havenith, profesor de fisiología ambiental y ergonomía en la Universidad de Loughborough. “Eso ejerce presión sobre el corazón y se ven muchos más incidentes cardiovasculares”.
En la provincia de Laguna en Filipinas, un alcalde local suspendió en marzo las clases presenciales el día después de que 83 estudiantes fueran hospitalizados por agotamiento por calor. Una asociación de maestros en Filipinas dijo en un correo electrónico enviado a Bloomberg que había recibido numerosos informes de “estudiantes y educadores que requerían atención médica debido al calor extremo” con síntomas como mareos, hemorragias nasales y desmayos.
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Más de 50 personas fueron ingresadas en el hospital con condiciones relacionadas con el calor entre el martes y miércoles en la ciudad de Dehloran, en el oeste de Irán, informó ayer la agencia estatal de noticias de la República Islámica. Las altas temperaturas fueron parcialmente responsables de impulsar un aumento del 10% en los ingresos hospitalarios por enfermedades relacionadas con el corazón y una presión arterial peligrosamente alta en las últimas tres semanas, dijo a IRNA Pedram Pakaeen, portavoz del Ministerio de Salud de Irán.
“Las olas de calor ejercen una presión adicional sobre los sistemas de salud”, dijo Azeem Majeed, profesor de atención primaria y salud pública en el Imperial College London, y la escasez de agua y la mala calidad del aire agravan el problema. “A los países de bajos ingresos, como Irán, que ya experimentan temperaturas extremadamente altas y tienen infraestructuras y recursos menos desarrollados, les costará salir adelante”.
El feriado nacional recién declarado de Irán puede continuar más allá del jueves, dijo Pakaeen a IRNA. Se pronostica que las lecturas de temperatura máxima oscilarán entre 47 °C y 49 °C en las cercanías de Ahvaz en los próximos días, según la Oficina Meteorológica del Reino Unido.
Los países de todo el mundo deben implementar planes de contingencia para manejar una avalancha de olas de calor, dice Havenith de la Universidad de Loughborough. Eso incluye preparar sistemas de alerta sanitaria, aumentar la capacidad hospitalaria y desarrollar regulaciones para garantizar que los trabajadores no se vean obligados a trabajar al aire libre cuando las temperaturas superen un cierto umbral.
“Creo que ese requisito se moverá lentamente hacia el norte”, dijo. “Por el momento son España, Italia y Grecia los que tienen que pensar en esto, pero el año pasado también vimos temperaturas extremas en el Reino Unido. Puede que no parezca un tema relevante en este momento, pero se volverá cada vez más significativo”.
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Frío más que calor en Perú
Ante este escenario global de altas temperaturas, Gestion.pe consultó al meteorólogo Abraham Levy sobre la posibilidad de que el Perú experimente también una ola de calor en el futuro cercano y que esta a su vez obligue al país a decretar confinamientos como en Irán.
“Estamos ahora mismo en la cúspide del verano del hemisferio norte. Pronto veremos un gradual descenso de las temperatura. En el caso del Perú y donde el 75% de la población vive en la costa o valles costeros, no tenemos los niveles de temperatura que se registran, por ejemplo, en torno al Golfo Pérsico. Nuestras frías aguas de la corriente peruana no permiten, ni por asomo, acercarnos a los valores extremos que se ven en otros lugares”, dijo el especialista.
“Consecuentemente, no pienso posible, el escenario de un confinamiento por calor. Por el contrario, naturalmente, solemos confinarnos cuando llega el tiempo de frío. Eso se ve mucho en la sierra y en la propia costa en invierno (ciertamente que ahora no por el tema del niño costero)”, subrayó Levy. “Habrá que esperar los próximos años para saber si 2023 fue un año inusual. Lo que está claro es el calentamiento global. Ya dependerá de cada sociedad como se adapta”.
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Redactor web y traductor de Diario Gestión desde abril del 2014, encargado de cubrir temas internacionales sobre comercio, fusiones y adquisiciones y relaciones entre países.
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